Pablo Sierra López

San Julián de Toledo

Obispo de la Iglesia visigoda

Santos y Santas 271

Centre de Pastoral Litúrgica

Director de la colección Santos y Santas: Josep Lligadas

Dibujo de la portada: Ignasi Flores

Fotografias interiores: La Virgen Blanca en la catedral de Santa María de Toledo; Imagen de san Julián en la parroquia de San Julián de Toledo.

© Edita:

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Edición digital: septiembre de 2019

ISBN: 978-84-9165-265-6

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Santos y Santas núm. 271

San Julián nació en Toledo en la primera mitad del siglo VII. Ordenado sacerdote, alcanzó buena fama como hombre fiel y entregado a su misión, de modo que en el año 680 fue elegido obispo de su diócesis. Como obispo trabajó con mucha dedicación al servicio de la Iglesia y de sus diocesanos, y dejó un buen número de obras de explicación de la fe cristiana. Murió en el año 690.

Fiesta: 29 de enero

Un cristianismo convencido

Cuando nació Julián, en la primera mitad del siglo VII, ya habían pasado muchos años desde el Concilio III de Toledo, presidido por el santo obispo Leandro de Sevilla en el año 589. Allí el rey Recaredo hizo pública su conversión al catolicismo abandonando la fe de los arrianos, y con él lo hizo todo el pueblo visigodo.

La familia de Julián tenía raíces en las familias de la nobleza hispanorromana, con algún antepasado judío convertido al cristianismo. Desde niño, su familia había vivido con mucha profundidad su amor a Jesucristo y su participación en la vida de la Iglesia toledana. Pero no todo había sido siempre tan fácil.

Los cristianos hispanorromanos, habían tenido que sufrir mucho por su fe en Jesucristo como verdadero Dios y verdadero hombre. Desde la caída del Imperio Romano y las invasiones de los pueblos germánicos, las poblaciones de Hispania habían quedado bajo el dominio político de los conquistadores godos. Sus costumbres eran muy diferentes a las de los conquistados, y además, aunque los godos eran cristianos, pertenecían a una corriente iniciada hacía siglos por el sacerdote Arrio, que negaba la divinidad de Jesucristo. Muchas iglesias habían sido confiscadas para los arrianos, muchos sacerdotes habían sido expulsados de sus casas y maltratados por no pasarse al arrianismo, y los católicos habían sufrido muchos insultos, burlas y marginación.

La fe que vivían estas familias era una fe heredada de sus mayores, pero purificada en el sufrimiento, y por eso se sentían llamados a vivirla con autenticidad, siendo fieles a la enseñanza de Jesús. Por eso Julián había sido bautizado nada más nacer en la Catedral de Toledo, la Basílica de Santa María. Por eso su familia le había enseñado a conocer, a rezar y a amar a Jesucristo y a su Madre. Por eso habían decidido ofrecer a su hijo para que fuera educado por el Obispo, y llegara a ser sacerdote si era la voluntad de Dios.

Años de formación