Cubierta

NEUS ROCA CORTÉS y JÚLIA MASIP SERRA (eds.)

INTERVENCIÓN GRUPAL EN VIOLENCIA SEXISTA

Experiencia, investigación y evaluación

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www.herdereditorial.com

Diseño de cubierta: Gabriel Nunes

Maquetación electrónica: José Toribio Barba

© 2011, Neus Roca Cortés y Júlia Masip Serra

© 2011, Herder Editorial, S. L., Barcelona

© 2012, de la presente edición, Herder Editorial, S. L., Barcelona

ISBN DIGITAL: 978-84-254-2987-3

La reproducción total o parcial de esta obra sin el consentimiento expreso de los titulares del Copyright está prohibida al amparo de la legislación vigente.

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PRÓLOGO

INTRODUCCIÓN

1. INTERVENCIÓN GRUPAL Y VIOLENCIA SEXISTA: MARCO CONCEPTUAL

Neus Roca Cortés

1.1 VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES: UNA PERSPECTIVA DE GÉNERO

Vulneración de derechos, atentado a la libertad

Violencia en las relaciones afectivas de pareja

¿Por qué violencia de género, sexista y machista?

Intervención: ¿también de género?

1.2 LOS GRUPOS COMO ESPACIOS PRIVILEGIADOS DE CAMBIO

Intervención grupal versus individual

El cambio a través del grupo: hipótesis

La tradición de la intervención grupal

Eficacia del grupo como instrumento de intervención

1.3 CRITERIOS BÁSICOS DE LA INTERVENCIÓN GRUPAL

Tipos de intervención grupal

Tipos de grupos aplicados

Ética en la conducción de grupos

Objetivos y beneficios del trabajo grupal con mujeres supervivientes

1.4 EVALUACIÓN DE LA INTERVENCIÓN GRUPAL

Qué, cómo y cuándo evaluar

Evaluación de la grupalidad: teoría e instrumentos NDG

Evaluación psicosocial de la recuperación de las mujeres

2. SENSIBILIZACIÓN, PREVENCIÓN Y DETECCIÓN

2.1 INTERVENCIÓN COMUNITARIA: SE OYE LA VOZ DE LAS CENICIENTAS

Júlia Masip Serra

Sumergirse en el interior de la gruta

Proyecto «El viaje de Cenicienta»

Objetivos

Método, acciones y dinámicas

Resultados y valoración

2.2 GRUPOS DE AUTOCONSCIENCIA CON MUJERES

Imma Lloret i Ayter

Los talleres de autoconsciencia como grupos de prevención

Objetivos

Criterios generales de funcionamiento

Dinámicas del grupo: las mujeres y sus retos

Evaluación y resultados

2.3 TALLERES DE PREVENCIÓN CON GRUPOS DE JÓVENES

Víctor Jorquera

Desmontando las bases ideológicas de la violencia sexista

Objetivos y contenidos

Criterios generales de funcionamiento

Intervenciones y dinámicas de grupo

Evaluación y resultados

2.4 GRUPO DE ATENCIÓN PSICOSOCIAL PARA MUJERES EN PROCESO DE RUPTURA DE PAREJA

Montserrat Pérez-Portabella Puig

Separándose de la pareja y la atención psicosocial

Objetivos

Preparando el grupo

Dinámica grupal y contenidos

Evaluación y resultados

3. GRUPOS DE ATENCIÓN A MUJERES QUE SUFREN VIOLENCIA DE PAREJA

3.1 GRUPO ABIERTO DE APOYO PSICOSOCIAL A MUJERES EN SITUACIÓN DE VIOLENCIA EN LA RELACIÓN DE PAREJA

Montserrat Paíno Lafuente

Las mujeres que acuden al grupo

El grupo abierto

Objetivos

Criterios generales de funcionamiento

Planificación y dinámica del grupo

Evaluación y resultados

3.2 GRUPO PSICOTERAPÉUTICO DE MUJERES PARA LA SUPERACIÓN DE MALTRATOS Y PARA RECONOCERSE EN EL NUEVO FUTURO

Júlia Masip Serra

Las demandas de las mujeres y la violencia

Objetivos del equipo y de la intervención grupal

Preparando el grupo y el trabajo en equipo

Intervención y dinámica del grupo

Fases de la intervención grupal

Evaluación y resultados

3.3 GRUPO PASAJE: LAS MUJERES ACOGIDAS EN EL SERVICIO RESIDENCIAL

Mariana Hernández Maidagan y Sónia Giménez Ortíz

El contexto de acogida y el papel del grupo formal

Objetivos

Preparando y acotando el encuadre de los grupos

Contenidos, dinámicas del grupo y su conducción

Evaluación y resultados

3.4 GRUPO DE APOYO PARA LA INSERCIÓN LABORAL CON MUJERES EN SITUACIÓN DE VIOLENCIA

Mari Cruz Lera Soetens

Sus complejas vidas laborales

Objetivos

Criterios generales de funcionamiento

Método

Contenidos

Evaluación y resultados

4. EN LAS ENTRAÑAS DEL GRUPO: PROCESOS MEDIADORES DEL APOYO Y LA CURA

Neus Roca Cortés

4.1 PROCESOS GRUPALES DEL APOYO SOCIAL Y PSICOTERAPÉUTICO

Categorías de análisis grupal del apoyo social

Los factores terapéuticos de Yalom

4.2 FORMACIÓN DE LA GRUPALIDAD Y FACTORES INICIALES

Organización funcional, normas e implicación: primera sesión

Socialización grupal, participación y esperanza: sesiones tercera y séptima

4.3 PROCESOS GRUPALES DE APOYO Y TERAPÉUTICOS

Apoyo emocional y cognitivo, altruismo y aprendizaje: séptima y novena sesión

Apoyo instrumental, información y universalidad: sesiones sexta y decimoctava

Apoyo valorativo de orientación, confrontación y catarsis: duodécima sesión

4.4 DESARROLLO DE LA GRUPALIDAD

Comunidad de grupo y cohesión: décima sesión

Conciencia de grupo y catarsis colectiva: decimoséptima sesión

Nivel de desarrollo grupal - NDG

4.5 IMPACTO DEL GRUPO EN LA RECUPERACIÓN DE LAS PARTICIPANTES

La violencia recibida y su desaparición

Cambios en el perfil psicosocial

Las trayectorias de recuperación

5. OTROS PROTAGONISTAS DE LA MISMA VIOLENCIA

5.1 GRUPO SOCIOEDUCATIVO CON LOS HIJOS E HIJAS DE LA VIOLENCIA: ACOMPAÑAR Y ELABORAR

Laura Córdoba de Águila

Hijos e hijas en el contexto familiar violento

El grupo y sus objetivos

Criterios generales de funcionamiento

Dinámica grupal y su conducción

Evaluación y resultados

5.2 GRUPO DE TRATAMIENTO A MADRES, HIJAS E HIJOS DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO

Montserrat Plaza Aleu y Fina Roche Ramón

Contextualizando el trabajo

Consecuencias de la violencia sexista en el vínculo materno-filial

Objetivos comunes y específicos

Criterios generales de funcionamiento

Contenidos

Fases y dinámicas grupales

Evaluación y resultados

5.3 GRUPO PSICOTERAPÉUTICO CON HOMBRES QUE EJERCEN VIOLENCIA DE GÉNERO

Heinrich Geldschläger, Oriol Ginés yÁlvaro Ponce

Por qué trabajar con estos hombres

Objetivos

Marco conceptual

Fases de la atención a los hombres

Preparando el grupo

Fases de la intervención grupal

Contenidos y dinámicas grupales

Evaluación y resultados

6. MÁS VIOLENCIAS SEXISTAS OCULTAS

6.1 GRUPO DE ATENCIÓN PSICOSOCIAL PARA MADRES QUE SUFREN VIOLENCIA POR PARTE DE SUS HIJOS

Pilar Ripoll Balagué y Montserrat Pérez-Portabella Puig

Violencia filio-parental y marental

Las madres y la violencia de sus hijos

Objetivos

Dinámica grupal y contenidos

Evaluación y resultados

6.2 GRUPO DE ATENCIÓN PSICOSOCIAL A MUJERES ABUSADAS SEXUALMENTE

Matilde Sanuy Jordà

Los efectos perdurables de los abusos sexuales infantiles

De las demandas a la intervención grupal

Selección y motivación a la participación

Criterios generales de funcionamiento

Objetivos

Encuadre del grupo y estructura de las sesiones

Las dinámicas de dos años de grupo

Evaluación y resultados

CONCLUSIONES

NOTAS

BIBLIOGRAFÍA

AUTORAS y AUTORES

INFORMACIÓN ADICIONAL

Los anexos de este libro pueden descargarse de forma gratuita desde la ficha del libro en nuestra página web: www.herdereditorial.com

Prólogo

Es una satisfacción prologar un libro que considero imprescindible para todos los profesionales que defendemos un modelo de servicios de bienestar que busca el «empoderamiento»1 de las personas. Parto de la premisa de que las problemáticas sobre las que se incide tienen una causalidad, más allá de los factores personales, originada en las características y dinámicas de una sociedad y un entorno determinados. En este contexto, la intervención grupal es una herramienta especialmente útil para promover cambios, consolidar procesos de recuperación y definir proyectos de vida exentos de violencia. El valor de la intervención grupal es de orden cualitativo ya que se obtienen resultados y beneficios para las personas participantes que difícilmente se podrían obtener a través de una intervención exclusivamente individualizada.

Pero este libro no trata de la intervención grupal sin más, sino que lo hace en el contexto de la violencia sexista. Cuando se interviene en situaciones de violencia contra la mujer hay un elemento fundamental que, sin embargo, no siempre tenemos presente los profesionales: la mirada de género. Este libro —y las experiencias que incluye— parte de la constatación de que vivimos en una sociedad que, a pesar de los importantes avances de los últimos tiempos hacia una mayor igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, continúa siendo sexista. El sexismo define lo que significa masculinidad y feminidad; lo que corresponde ser y hacer a un hombre para ser masculino y a una mujer para ser femenina. Y vincula esta diferenciación a la naturaleza y esencia misma de las cosas cuando, por el contrario, es producto de una construcción cultural que justifica y legitima una relación desigual de poder entre hombres y mujeres.

Esta relación desigual no es solamente de carácter simbólico, puesto que establece una distinción natural en la estructura de la organización social entre el espacio productivo y reproductivo que comporta una división sexual del trabajo. El sexismo establece una desigualdad de valor entre el espacio productivo y de administración de la riqueza, y el espacio reproductivo y de cuidado de las personas. Autores como Luis Bonino constatan que ya existe un consenso internacional en definir la violencia masculina hacia las mujeres como «toda forma de coacción, control o imposición ilegítima por la cual se intenta mantener la jerarquía impuesta por la cultura sexista, forzándolas a hacer aquello que no quieren, que no hagan lo que quieren o se convenzan de que lo que les dice el hombre es lo que se ha de hacer»2.

Esta violencia, ejercida mayoritariamente por hombres, tiene una causalidad compleja y multidimensional, pero sus causas primeras son las pautas culturales sexistas que legitiman la desigualdad de poder que sitúa en posición social dominante al hombre respecto de la mujer, y también respecto de aquellos hombres que no se comportan como tales. Éste es el germen del cual se alimenta la violencia contra las mujeres. De aquí la importancia de incorporar la mirada de género cuando se interviene en situaciones de violencia machista.

No es casual el título de este libro: Intervención grupal en violencia sexista. De hecho, es toda una declaración de intenciones que Neus Roca Cortés se encarga de explicar ya en el primer apartado, «Violencia contra las mujeres: una perspectiva de género» que impregna la mirada de todos y cada uno de los seis capítulos en que se estructura el libro y de las trece experiencias recogidas.

En consecuencia, esta obra aborda la violencia sexista como un fenómeno social sobre el que se debe incidir desde una perspectiva ecológica, tal y como plantea la Organización Mundial de la Salud3. Desde esta perspectiva, es necesario actuar en varios frentes: con quien o quienes reciben la violencia, es decir las mujeres y sus hijos (directamente o como testigos de la violencia ejercida contra las madres); y con quien la ejerce, mayoritariamente el hombre, pareja o expareja. Pero también es necesario actuar en el contexto social en el que se produce: por un lado, incidiendo en aquellas actitudes y creencias dominantes que mantienen vivo un sexismo que justifica la desigualdad entre las personas en función del género; y por el otro, buscando la complicidad y la suma de esfuerzos con las iniciativas personales, sociales e institucionales de lucha por la erradicación de la violencia basada en el género y la desigualdad consecuencia del sexismo.

La perspectiva ecológica plantea también la necesidad de abordar estos tres frentes (víctimas, agresores y contexto social) desde dos vertientes: la preventiva, que actúa sobre las creencias y los valores sociales que justifican la violencia con el objetivo de evitar que aparezca (prevención primaria), facilita la detección precoz (prevención secundaria) e incide en los procesos de recuperación impidiendo futuras repeticiones una vez la violencia ya ha sucedido (prevención terciaria); y la asistencial, que garantiza atención integral y protección, cuando sea necesaria, a las personas que viven situaciones de violencia, y ofrece atención a aquellos que la ejercen y quieren modificar su comportamiento violento. Las experiencias recogidas en este libro ofrecen ejemplos de buenas prácticas asistenciales y preventivas.

Otro elemento que considero fundamental en esta obra es la constatación, a partir de la experiencia, de que la mujer víctima de violencia es una persona superviviente con habilidades y capacidades preservadas que le permiten actuar como sujeto y dirigir las riendas de su propia vida en un contexto no violento. La mujer que vive la violencia ha podido sobrevivir en un entorno absolutamente hostil y agresivo gracias a sus capacidades de adaptación; capacidades y habilidades que, si son reconocidas por ella misma, le serán especialmente útiles cuando consiga vivir en un entorno exento de violencia. Desde esta perspectiva, la intervención profesional contribuye al «empoderamiento» de la mujer identificando y estimulando aquellas capacidades, habilidades, aptitudes y actitudes que le pueden ayudar a ganar progresivamente mayores cuotas de autonomía y control de su vida.

Pero este libro va más allá y reúne una serie de méritos que, en mi opinión, lo hacen imprescindible para los profesionales, tanto de servicios generalistas como de atención ambulatoria específica, en situaciones de violencia y de atención especializada en centros de acogida para mujeres maltratadas y sus hijos. En primer lugar, porque sitúa la dinámica grupal como un instrumento clave para los profesionales de servicios de bienestar en la intervención con individuos y familias4. En segundo lugar, porque demuestra que los servicios generalistas son también un contexto adecuado desde el cual intervenir eficazmente en situaciones de violencia de género, tanto en la atención individualizada y grupal como a nivel comunitario.

La mayoría de las experiencias que se muestran se han realizado desde servicios ambulatorios, unos de carácter generalista y otros de carácter específico en temas de violencia. Tanto estas experiencias como el marco teórico en el que se sustentan rompen el mito de la necesidad de una alta especialización técnica para poder intervenir en violencia de género, sobre todo si se utilizan dinámicas grupales. La necesaria formación en el tema no tiene nada que ver con la exigencia de una especialización que reduce la intervención a unos pocos servicios especializados. Este mito alimenta miedos y resistencias de profesionales de servicios generalistas que, con la formación básica adecuada y las herramientas habituales de la intervención social utilizadas desde un paradigma ecológico, pueden y deben intervenir en situaciones de violencia de género con eficacia y calidad, tal y como demuestran las diversas experiencias aquí recogidas. Por otro lado, aunque éstas han sido llevadas a cabo por profesionales de servicios sociales del Sistema de Bienestar Social, definido como tal en el Estado español, lo cierto es que pueden ser aplicadas también en otros contextos institucionales en función del modo en que cada país haya definido y estructurado los sistemas de servicios de atención a las personas.

Esta obra ofrece un marco teórico riguroso basado en la experiencia y contrastado por las numerosas investigaciones a las que se hace referencia, y que suponen un avance metodológico importante en cuanto contribuyen a crear un cuerpo de doctrina metodológica para la intervención a partir del análisis y la reflexión sobre la experiencia acumulada a lo largo de los años por los y las profesionales de los servicios de bienestar. Asimismo se aportan herramientas de investigación, evaluación e intervención.

En mi opinión, los servicios de bienestar, en general, acumulan un gran bagaje práctico, pero adolecen de una insuficiente sistematización y divulgación escrita. La experiencia acumulada pocas veces se traduce en publicaciones y, sin socialización de la experiencia y de las reflexiones que la hacen avanzar hacia mayores cuotas de eficacia y eficiencia, es muy difícil llegar a crear un cuerpo de doctrina metodológica que permita dar pasos de gigante al conjunto del sistema de bienestar.

Es precisamente la dirección y coordinación conjunta de Júlia Masip y Neus Roca, dos personas con perfiles y trayectorias profesionales diferentes, lo que consigue hacer de este libro una obra pionera en su género. Júlia Masip, experta conductora de grupos de mujeres que viven situaciones de violencia machista, aporta la mirada de la intervención y la acción social, mientras que Neus Roca, experta docente e investigadora en estos temas, aporta el marco teórico sobre grupos aplicados y el conocimiento de las investigaciones que avalan los contenidos y algunas de las propuestas que contiene esta obra.

Teoría, intervención e investigación; pocas veces se consigue la confluencia y el diálogo de miradas que, siendo complementarias, suelen estar separadas. Este libro demuestra que la conjunción y el diálogo desde perspectivas tan diferentes permite conseguir objetivos que van mucho más allá de la mera suma de teoría y práctica: aporta una mayor riqueza de contenidos y facilita la construcción de un cuerpo metodológico sólido, sin dejar por eso de ser una obra práctica y útil para la intervención y para la investigación. En ella el lector encontrará ejemplos de buenas prácticas de grupo, de cuatro tipos: de apoyo social, psicoeducativos, socioeducativos y psicoterapéuticos.

Desde contextos diferentes, y elaboradas por perfiles profesionales diversos, se muestran un total de trece experiencias grupales, algunas avaladas por más de catorce ediciones realizadas desde mediados de la década de los noventa. Trece experiencias heterogéneas, escogidas desde una mirada abierta y plural que aborda tanto la violencia de género ejercida por la pareja o expareja como por los hijos, de grupos centrados en el proceso global de recuperación y de toma de decisiones, o focalizados en objetivos determinados como la inserción laboral: grupos con mujeres, con hijos e hijas, con hombres que maltratan, preventivos con jóvenes o grupos para una intervención comunitaria.

En resumen, se trata de un libro rico en experiencias encuadradas en un marco teórico bien construido, que plantea una propuesta metodológica seria y rigurosa al alcance de profesionales de servicios de bienestar, tanto generalistas como de atención ambulatoria específica en situaciones de violencia, o de contextos residenciales de casas de acogida para mujeres maltratadas. Un compendio con aportaciones también para el ámbito de la investigación aplicada de grupos. Por todo ello, considero esta obra un estímulo para incorporar el trabajo grupal en situaciones de violencia de género, y una herramienta especialmente útil para promover cambios y consolidar procesos de recuperación. Invito al lector de este prólogo a adentrarse en las páginas que siguen, con la promesa de que tendrán un efecto estimulante en su trabajo cotidiano, bien sea para incorporar nuevas perspectivas y herramientas de intervención en situaciones de violencia de género, o para reafirmar y contrastar lo que ya se está haciendo.

Bienvenido sea, pues, este libro.

Margarita Saiz 5

Introducción

A través de estas páginas queremos transmitir cómo entendemos y relacionamos los dos ejes claves del libro —la intervención grupal y la violencia sexista—, dónde nos posicionamos y los desafíos a los que les invitamos a ustedes.

Corregir a la esposa, poner a la mujer en su verdadero sitio, responder a sus provocaciones, exigirle el cumplimiento del deber conyugal, guardar el debido respeto al novio, al marido y, en definitiva, seguirlos, obedecerlos. ¿Cómo nos suenan estas ideas? ¿Antiguas? ¿Vigentes? Y expresiones como: «no nos podemos meter en asuntos de pareja», «vete a saber qué ha hecho, con quién habrá estado», «ella sabrá por qué ha aguantado». Estas y otras ideas, por ley o por costumbre, grosera o sutilmente, legitiman, justifican, niegan u ocultan conductas de opresión que solo recientemente nos hemos atrevido a llamar por su justo nombre: violencia y, más concretamente, violencia hacia las mujeres. ¿Nos atrevíamos antes a decir en alta voz: esto no es mal carácter, esto no es incapacidad de controlarse, a esto se lo llama violencia? Y ahora ¿nos atrevemos, aunque sea un desconocido, nuestro amigo, nuestro hermano, nuestro padre?

La violencia sexista contra las mujeres en la pareja se ha hecho visible en el espacio público en los últimos decenios: la sociedad la ha deslegitimado y ahora constituye un problema social, una conducta reprobable e incluso un delito. Algunos, de forma banal o desdeñosamente, la atribuyen a la moda. En realidad, la violencia contra las mujeres ha sido colocada en la palestra social por los movimientos feministas, que persistentemente la han denunciado a lo largo de estos últimos treinta años, recogiendo el sentir de muchísimas mujeres, encontrando su solidaridad y también la de muchos hombres, y consiguiendo algunas respuestas por parte de los representantes públicos.

¿Por qué esta violencia contra las mujeres? La violencia es una de las formas más efectivas de conseguir y mantener la dominación, sea de mujeres, niñas, niños o pueblos enteros. Es una constante en la historia de la humanidad. Pero no nos engañemos, también es un poder soberbio y denigrante que lleva a la miseria, a la destrucción y a la muerte, no solo a quien la soporta sino también a quien la ejerce. La persistente violencia hacia las mujeres no es un fenómeno aislado ni particular, sino que se inscribe en un sistema social patriarcal que coloca a hombres y mujeres en una jerarquía de dominación y sumisión en vez de en un sistema de cooperación para la vida. Deslegitimar esta violencia de género, sexista, machista, es una larga tarea y un gran desafío. Pero, ¡atención!, la no violencia también es una constante en la historia de la humanidad. Nosotras formamos parte de este temple y deseamos que nos acompañen.

No nos posicionamos desde la perspectiva de las mujeres como víctimas pasivas a las que hay que volver a enseñar y proteger desde la sabiduría profesional. De la misma manera que la Historia denuncia una violencia constante hacia las mujeres, también nos habla de mujeres activas y libres, de resistencias lúcidas, de sus contribuciones al sostenimiento de la vida individual y colectiva; pero no lo busquen en la Historia oficial. Los grupos que creamos reconocen a las mujeres como supervivientes, agentes activas en la construcción positiva de sus vidas, incluso en situaciones de opresión. Tampoco hablamos de guerra de sexos. Estamos en otro camino. Viajamos, desde nuestra actividad profesional, con la apasionada y perseverante vocación de construir un sistema social justo para las mujeres y también para los hombres. Promovemos unas relaciones interpersonales, cotidianas y afectivas cimentadas en la libertad, la autorrealización de hombres y mujeres y el mutuo reconocimiento como socialmente iguales.

¿Qué entendemos por recuperación de una situación de violencia? La violencia hacia las mujeres atenta directamente contra el ejercicio de su libertad de acción, pensamiento y elección, contra el uso libre de su cuerpo y su sexualidad, quebranta la posibilidad real y libre de llevar a cabo su propio proyecto de vida y, en definitiva, vulnera sus derechos fundamentales. Así pues, ¿qué es la no violencia? ¡La libertad! Éste es el sendero escogido en nuestras experiencias profesionales de trabajo grupal. La violencia no depende de la propia mujer que la sufre sino de quien la ejerce, y de la impunidad que la sociedad otorgue a éste. Pero serán las propias mujeres quienes buscarán y encontrarán, desde su iniciativa y con el apoyo social, las formas de liberarse de tan cruel opresión. En los grupos que formamos, la mujer descubrirá cómo llegó hasta esta situación mediante el análisis de su trayectoria individual y social, conjuntamente con la de muchas otras mujeres.

¿Por qué los grupos como estrategia de transformación son necesarios? Si esta violencia es social, su deslegitimación solo puede ser social, como también social debe ser el espacio de liberación. Aun cuando la elaboración individual es imprescindible para el cambio, los grupos propios o instrumentales también lo son, en tanto que su condición relacional genera dos procesos: resquebraja la situación actual y construye la nueva. El grupo contrasta aspectos psicológicos de indudable naturaleza social como son las prácticas de relación, las posiciones sistémicas, los estereotipos, identidades, roles, expectativas, valores y significados colectivos. Y, a su vez, también construye los nuevos contenidos de esos mismos elementos. La participación en grupos acelera los procesos de cambio individual. Los grupos son irreemplazables en los cambios socioculturales y políticos. Y liberarse de la violencia sexista, además de un hecho cultural, es un fenómeno político.

En nuestro caso, los grupos instrumentales son espacios y tiempos activados por profesionales, en los que la técnica no está reñida con las emociones. Las1 profesionales convocan, engendran y mantienen esos espacios de relación para que allí se garanticen las cualidades, contenidos y valores imprescindibles para un cambio positivo. El grupo instrumental, cuidadosamente levantado por profesionales, constituye un espacio para ser, compartir, sentir, concienciar, prepararse para actuar y cambiar. Es un lugar de apoyo, cuidado, respeto y amor, de circulación de la palabra, de confrontación y mediación, donde las mujeres destejen las telarañas de relaciones de pareja enraizadas en el patriarcado; unas relaciones afectivas que, bajo las exigencias de identidades estereotipadas, posesiones inequívocas, reinados inapelables, y bajo las promesas de familias felices, entregados amores que dotan del único sentido importante para la vida, o quizás defendiendo sus logros, se han ido a la deriva hacia los límites del miedo, el terror y, en algunos casos, de la muerte misma.

Los grupos de mujeres se convierten, pues, en espacios privilegiados de cambio positivo, en viajes desde y hacia la libertad. En estos grupos las mujeres exploran la expresión de sus puntos de vista y malestares desde la comprensión específica de su grupo social. Sus vivencias, teñidas del hecho de ser mujer, serán rápidamente validadas por otras mujeres. Se reconocen mutuamente como iguales aunque no idénticas, con libertad y autoridad recíproca. Su individualidad se torna así en un vivir colectivo que refleja las prácticas y discursos sociales pero que también los critica. Sus miradas van cambiando con la escucha y el reconocimiento de su propio deseo, con su reconocimiento de la situación, su reflexión independiente y con el contraste de pareceres y sentires. Así, en el grupo, el cambio tiene legitimidad, puede ser reforzado e interiorizado en el bagaje de la propia identidad y vida cotidiana. Las mujeres se encuentran frente a la recuperación, a su «empoderamiento», y a la validación de alternativas de ser y actuar en libertad.

La intervención psicológica y social está siendo desarrollada en nuestro país desde hace varias décadas, pero las intervenciones grupales aún son escasas si consideramos sus más que demostradas y estimables contribuciones. Estos primeros años de iniciativas de atención e investigación sobre la violencia de género han acumulado valiosos saberes técnicos que contribuyen al objetivo común de erradicar la violencia machista. Difundirlos es la intención de esta publicación.

Desde nuestra responsabilidad profesional cabe preguntarse: ¿cómo alumbrar y cultivar una intervención grupal productiva? ¿A quién convoco y a quién no? ¿Qué objetivos y contenidos priorizo? ¿Qué elementos personales o íntimos se movilizan en los grupos? Desde una visión institucional surgen otros interrogantes: ¿cuáles son las posibilidades y límites de los grupos? ¿Qué argumentos convencen a las instituciones para hacer trabajo grupal? ¿Grupos sociales solo para atención social y grupos terapéuticos solo para la clínica, o hablamos de tipos de grupos y sus objetivos? Y cuando ya estructuramos los grupos: ante las resistencias y los temores, ¿hay pautas y normas para su conducción? ¿Hacen falta técnicas en las intervenciones grupales? ¿Qué resultados puedo esperar? ¿Cómo se evalúan? Otras preguntas sobre la preocupación por otros actores, los hombres, los hijos, son las siguientes: ¿qué se hace con los hombres considerados como parejas violentas? ¿Los niños expuestos a esta violencia expresan su dolor en los grupos? ¿Son eficaces? Aportamos también la experiencia grupal de profesionales expertos.

Con el próximo texto se pretende responder a éstas y otras preguntas. Nuestra intención es dar a conocer la teoría y práctica de las aplicaciones profesionales, cada cual con su estilo y sistema. Algunas de las intervenciones tienen más historia pero otras son aún minoritarias y novedosas. Deseamos suscitar acción y reflexión, dotar las intervenciones de recursos para planificar y montar grupos instrumentales, evaluarlas, investigarlas y mejorarlas. Y todo ello desde los diferentes niveles de actuación: sensibilización, prevención, detección y atención. En este libro encontrarán razones y acciones para una intervención con perspectiva de género, tanto en momentos propicios como en momentos adversos, en los que intencionadamente se desvanece o se desacredita aquélla. Queremos hacerles cómplices del reto de la evaluación e investigación de las intervenciones grupales como paso necesario para consolidar la calidad de la atención y de los servicios públicos, pese a los malos vientos que corren contra los derechos sociales de la mayor parte de la ciudadanía. Los autores de los diferentes capítulos hemos intentado explicar lo mejor de nuestros saberes profesionales en cuanto a la intervención e investigación.

Este libro es una obra colectiva. Los profesionales que aquí participamos hemos vivido durante varios años un ambiente profesional alentador que ha favorecido complicidades, lazos de relación creativa y espacios compartidos de saberes en torno a los dos ejes mencionados anteriormente: grupos aplicados y atención a las supervivientes de la violencia machista. Por ello, cuando las editoras presentamos el proyecto de esta obra a sus autoras y autores, la confianza y el entusiasmo fueron inmediatos. Habíamos compartido mucho y teníamos mucho que decir. Nos hemos impacientado y a veces acobardado, nos hemos peleado con las ideas y las palabras, pero jamás dudamos de que valía la pena transmitir nuestros conocimientos.

Con esta publicación pretendemos contribuir, desde la responsabilidad y el saber profesional, a la libertad de las mujeres y, en parte, a la liberación de los hombres respecto a las ataduras de la violencia. Esperamos contribuir con nuestro grano de arena a esta lenta pero incansable lucha por la erradicación de la violencia machista, que abordamos desde las tóxicas raíces que la reproducen, y desde el quebrantamiento de esos valores y costumbres patriarcales tan dañinos para una sociedad justa que busca la paz y la igualdad para todos.

Queremos expresar, por último, nuestro más profundo agradecimiento, en primer lugar, a todas aquellas mujeres que a través de los grupos confían en la intervención profesional, se dejan guiar y aprovechan la experiencia. A toda la infancia que, por la situación de sus padres, participa, aprende y crece a partir de tan nocivas vivencias. Y también expresar nuestro reconocimiento hacia aquellos hombres que eliminan el ejercicio de su violencia.

Agradecemos a la Direcció de Programes de Dones del Ajuntament de Barcelona, sobre todo a sus responsables técnicas y políticas, que durante muchos años nos hayan dado facilidades, hayan confiado en nuestras tareas y emprendido nuevos retos, especialmente a Margarita Saiz, por su empeño en dar valor a los saberes profesionales expertos y su gran destreza al crear y coordinar espacios para compartir, reflexionar y seguir mejorando. También a Rosa Alemany, por su apoyo y reconocimiento de nuestro saber y esfuerzo; y a Carmina Català, por su implicación con el trabajo grupal, reconociéndolo e impulsándolo como una estrategia imprescindible. Nuestro agradecimiento a Maribel Cárdenas, Sara Berbel, Isabel Sánchez y Meritxell Benedí por apoyar la investigación aplicada y de género; y a Silvia Navarro, directora de la Direcció Tècnica de Acció Social del Ajuntament de Barcelona, por su favorable disposición a traducir en esta obra los protocolos del seminario interno de intervención grupal.

También agradecemos a las asociaciones de mujeres que iniciaron la denuncia de la violencia sexista, el apoyo mutuo y la atención a las mujeres supervivientes por empezar a abrirnos los ojos y las mentes a las y los profesionales del trabajo social, la psicología, la abogacía, la jurisprudencia, la administración, etcétera.

Finalmente, nuestro agradecimiento a Aharón Fernández Cuadrado, Paula Alcaide Barbero y Marta Portet Cassany, por sus ayudas en traducciones, revisiones y bibliografías. En especial, gracias a la Editorial Herder, a Raimund Herder y Claudia Berdeja que, desde el primer momento, nos mostraron su interés. Sus expertos comentarios nos han orientado para llevar este proyecto a buen puerto.

Neus Roca Cortés y Júlia Masip Serra

Barcelona, junio de 2011