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Lo que la gente está diciendo de Sé valiente: el curso completo para desarrollar confianza en ti mismo

 

“El fundamento de la responsabilidad en Sé valiente: el curso completo para desarrollar confianza en ti mismo da justo en blanco”.

—Stephen R. Convey, autor de: Los siete hábitos de la gente altamente efectiva

 

“Walter Anderson ha escrito un libro maravilloso, tan instructivo como inspirador, lleno de consejos prácticos de alguien que sabe de lo que está hablando”.

—Bill Bradley

 

“La psicología de Sé valiente: el curso completo para desarrollar confianza en ti mismo es muy buena, pero Walter Anderson ofrece mucho más que psicología. Le brinda al lector fe en sí mismo. Su prosa es inteligente y calurosa, y le habla personalmente a cada lector. He releído el capítulo sobre “Cómo escoger la vida que quieres” y pegué una copia de los principios básicos de las páginas 242-243 junto a mi escritorio. Recomiendo este libro como mucho más que una guía hacia la confianza; es una guía para la vida”.

—Dr. Georgia Witkin

 

Sé valiente: el curso completo para desarrollar confianza en ti mismo es un excelente manual para llegar lejos con las energías y las esperanzas de uno mismo. Leyéndolo, tuve el mismo sentimiento que al asistir a una de las clases de Walter Anderson: aprendes a incrementar tu eficiencia y a mejorar tu calidad de vida. Hay tantos sistemas en el libro, que seguirlos paso a paso, de seguro, le permitirá a cualquiera aumentar su sentimiento de autorrealización”.

—Hugh Downs

 

Sé valiente: el curso completo para desarrollar confianza en ti mismo es más que una clase de construcción de confianza. Es un clásico sobre cómo lidiar con la vida real. Cualquier empresario, grande o pequeño, que se lo recomiende a gerentes o empleados tiene asegurado ver una mejora en las actitudes de estos hacia sí mismos, lo cual, en últimas, resulta en ganancias”.

—Tom Harken, director ejecutivo de Tom Harkem and Associates

 

“Walter Anderson es, sin duda, un narrador extraordinario. Nos guía por el trayecto de un niño que, desde el lado equivocado de las vías, enfrenta sus ansiedades y logra alcanzar el éxito profesional y personal. El resultado de esto es un libro que reúne una colección de anécdotas personales, consejos de celebridades y atractivos ejercicios para tener el coraje de ser tú mismo. Sé valiente: el curso completo para desarrollar confianza en ti mismo es una experiencia lectora esencial e inspiradora”.

—Dr. Judy Kuriansky

 

“Walter Anderson ha escrito un maravilloso libro que le proporciona a cada lector un aliento especial, una dosis extra de confianza. Su amable ánimo es una luz de esperanza para todos aquellos que necesitan un impulso”.

—Dave Thomas Chariman, Wendy’s International, Inc.

 

Sé valiente: el curso completo para desarrollar confianza en ti mismo es más que un libro sobre la construcción de confianza. Es una comprobada guía paso a paso para desarrollar un mayor nivel de autoestima. Por haber asistido a uno de los cursos de los cuales surgió este libro, sé de primera mano que estas ideas y conceptos funcionan. Las respuestas positivas de los estudiantes lo confirman. Estoy seguro de que Sé valiente: el curso completo para desarrollar confianza en ti mismo te puede ayudar”.

—Wally Amos

 

“Para aquellos afligidos y –de alguna manera– inseguros, Sé valiente: el curso completo para desarrollar confianza en ti mismo es tan preciso como el bisturí de un cirujano y tan dulce como la salvación. A diferencia de la usual colección de predicaciones y parábolas de “autoayuda”, este libro es un profundo acto personal de compartir. Te enseña cómo ir hasta el fondo de tu propio dolor y extraer de allí las joyas que yacen; cómo enfrentar tus miedos: no perderlos, pero sí usarlos. Un logro impactante por parte de un guerrero que odia la opresión y que irradia empoderamiento con cada palabra que enseña”.

—Andrew Vachss

 

Sé valiente: el curso completo para desarrollar confianza en ti mismo es un regalo para los lectores sedientos de esperanza y autoconfianza. Aquí encontrarán, como lo hice yo, soluciones a problemas que parecen imposibles de resolver, soluciones derivadas de la lucha de Anderson por sobrellevar el miedo y vencer la ira y el estrés. Hallarán el poder transformador que hay detrás del enorme éxito del autor”.

—Fulton Oursler, Editor Jr., Guideposts

 

“Walter Anderson cree en la gente y sabe cómo ayudarles a que se ayuden; lee este libro y lo tendrás apoyándote”.

—Andrew Tobias

 

“Walter Anderson es un maravilloso narrador con un mensaje que le llega a todo el mundo; sobre la ira, sobre la timidez, sobre cómo librar las guerras internas”.

—David Lawrence, editor y presidente, Miami Herald

 

“Walter es una persona extraordinaria cuya sensibilidad a los problemas humanos de la vida es cautivadora. Sé valiente: el curso completo para desarrollar confianza en ti mismo habla de una verdad que es elegante en su simplicidad y altamente precisa en su alcance y rango. Serán muy pocas las personas que no se vean fortalecidas al adoptar las palabras de Walter de todo corazón”.

—Terry M. Giles, Presidente, Giles Enterprises

SÉ VALIENTE:

el curso completo para desarrollar confianza en ti mismo

 

 

SIETE PASOS HACIA LA AUTORREALIZACIÓN

 

Walter Anderson

 

 

TALLER DEL ÉXITO

SÉ VALIENTE

Copyright © 2015 - Taller del Éxito - Walter Anderson

 

Traducción al español: Copyright © 2015 Taller del Éxito

Published by arrangement with HarperCollins Publishers

Copyright © 1997 by Walter Anderson

 

Reservados todos los derechos. Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, distribuida o transmitida por ninguna forma o medio, incluyendo: fotocopiado, grabación o cualquier otro método electrónico o mecánico, sin la autorización previa por escrito del autor o editor, excepto en el caso de breves reseñas utilizadas en críticas literarias y ciertos usos no comerciales dispuestos por la Ley de Derechos de Autor.

 

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Publicado por:

Taller del Éxito, Inc.

1669 N.W. 144 Terrace, Suite 210

Sunrise, Florida 33323

Estados Unidos

www.tallerdelexito.com

 

Editorial dedicada a la difusión de libros y audiolibros de desarrollo y crecimiento personal, liderazgo y motivación.

Diseño de carátula y diagramación: María Alexandra Rodríguez

Traducción: Pedro Rodrigo Mariño

 

ISBN 10: 1-607383-57-8

ISBN 13: 978-1-607383-57-4

02-201505-24

 

Para Eric y Melinda,
que han sido amados por su madre y por mí cada día de sus vidas

SIETE PASOS HACIA LA AUTORREALIZACIÓN

 

1. Saber quién es el responsable

Acepta la responsabilidad personal por tu comportamiento. Cuando dices: “Yo soy responsable”, puedes construir una nueva vida, incluso un nuevo mundo.

 

2. Creer en algo grande

Tu vida es digna de un motivo noble.

 

3. Practicar la tolerancia

Te querrás mucho más a ti mismo y también lo harán los demás.

 

4. Ser valiente

Recuerda: el coraje es actuar con miedo, no sin él. Si el desafío es importante para ti, se supone que debes estar nervioso.

 

5. Amar a alguien

Pues debes conocer la dicha.

 

6. Ser ambicioso

Ningún esfuerzo por sí solo resolverá todos tus problemas o te llevará a alcanzar todos tus sueños, ni siquiera será suficiente. El querer ser más de lo que somos es real, normal y saludable.

 

7. Sonreír

Pues nadie más puede hacer esto por ti.

PRÓLOGO

Mi momento más humillante

Nada puede generar prevención más rápidamente, en casi cualquiera persona que conozco, que una simple solicitud: “¿Podrías hablar frente a todo el grupo?”. Mi más vivo recuerdo de este tipo de miedo me devuelve a mi clase de séptimo grado en el Immanuel Lutheran School en Mount Vernon, Nueva York. Esta es una historia que originalmente conté en 1968 en mi primer libro, Courage Is a Three-Letter Word, pero que, en este libro, tiene un final distinto y más feliz.

Había cumplido trece hace años hace apenas unos pocos meses, y creía que todos los ojos estaban puestos en mí, quemándome la nuca como si fueran focos de luz. Quería gritar o llorar o morirme. Sentía tan fuerte el latir de mi corazón en mis oídos, que estaba seguro de que los demás podían oírlo también. Si rememoro mi vida, a pesar de miles de otros errores y vergüenzas, este fue mi momento más humillante.

Nuestro profesor me había ordenado quitarme la camisa y pararme sobre mi escritorio. Lo que le molestaba era que yo tenía el cuello de mi camisa estirado hacia arriba, un estilo utilizado por los adolescentes en 1950. Él iba a ponerme de ejemplo frente de todos mis compañeros de clase.

“¡Quítate la camisa!”, me ordenó.

Yo prometí nunca más volver a usar el cuello así.

“Ya son dos veces”, dijo caminando a pasos grandes hacia mi escritorio. “¡Quítatela!”.

Me tenía a su merced y lo sabía. Mount Vernon
—cuatro millas cuadradas con casi 70.000 personas viviendo apenas más allá del Bronx, el distrito más al norte de Nueva York— es un pueblo con una rasgadura en su vientre, un ferrocarril que la parte en dos. Yo vivía en la parte más al sur, en una casa ubicada en una calle donde los jóvenes con frecuencia usaban chaquetas de motociclistas, engrasaban su cabello, hablaban fuerte e intentaban parecer desafiantes; un barrio en el cual la esquina, por violenta que fuera, era más segura que la explosiva tensión de casa. Mi casa. Immanuel estaba ubicada al norte —del “lado correcto” de las vías— en una sección llamada Fleetwood. Fácilmente, podría decirse que estaba a medio mundo de mí. Allí había prosperidad y paz. Cruzaba las vías para ir a casa todos los días, a ese lugar donde los jóvenes usaban el cuello de la camisa arriba.

“¡Que te la quites!”, ordenó de nuevo el profesor, cerniéndose sobre mí.

Era un hombre alto, y su cuerpo le cerraba el paso a cualquier oportunidad que tuviera yo de huir. Alguien se rió.

“Por favor…”, supliqué.

“¡Ya!”.

Me desabotoné la camisa.

“¡Apúrate!”.

Me desabroche las mangas y me quité la camisa, dejándola colgada detras de mí, en mi silla. My camisa interior tenía agujeros. Muchas personas se rieron.

“¡Levántate!”.

Me puse de pie.

El profesor, que había estado todo el tiempo al lado de mi escritorio, se dirigió al centro del salón. Me había estado matoneando todo el año. Pensé entonces —y ahora lo entiendo— que se debía a que yo era distinto, o al menos eso parecía. Mi ropa no era como la que usaban los otros estudiantes; era muy similar a la que usaba la gente de mi barrio, pero diferente de la que vestían en el colegio. Al haberme olvidado de bajar el cuello de mi camisa, le había dado al profesor la oportunidad que había estado buscando.

Estaba solo.

“Pasen a la página…”, dijo, ignorándome.

Podía oír mi corazón latiendo aún más fuerte en mis oídos; el calor que crecía en mi nuca se empezaba a tornar insoportable. Para un niño de trece años, su peor secreto había sido revelado. La camisa interior llena de huecos que todos podían ver era prueba de mi pobreza, prueba de que venía del sur, de que era indigno de los demás estudiantes del norte.

Quizá pasaron segundos, quizá minutos, antes de buscar de nuevo mi camisa. Pareció una eternidad.

“No te dije que te movieras”, dijo el profesor desde el frente del salón.

Lo ignoré mientras me abotonaba la camisa y me sentaba otra vez. La campana sonó antes de que él llegara a mí.

“¡Un momento!”, ordenó. Todo el mundo se detuvo.

“Solo Walter”, agregó.

Uno o dos estudiantes trataron de permanecer cerca de la puerta, para oír algo de lo que me iba a decir. “Andando”, les dijo.

“Vas a aprender a escucharme”, dijo. Permanecí callado.

“Vete a recreo”.

Caminé hacia la puerta, me volví hacia el profesor y lo llamé por su nombre.

“¿Sí?”.

“Por qué no te vas al diablo tú”, le dije, con mis ojos llenándose de lágrimas.

Desde las profundidades de mi ansiedad, había encontrado la respuesta correcta: no fueron mis palabras, debidas a la provocación, las deliberadamente irrespetuosas. Fue el hecho de haberme afirmado a mí mismo. En ese momento, había descubierto las raíces de mi propia dignidad. Me había atrevido a ser yo mismo. Mi madre, que aunque ciertamente no excusaba mi comportamiento, comprendió lo ocurrido y estuvo a mi lado cuando fui amenazado con expulsión. La siguiente noche, le suplicó a la junta directiva que me permitiera seguir estudiando hasta junio. Luego, les prometió a los miembros que escucharon su ruego que me transferiría a otro lugar.

“A cualquier otro sitio”, se le aconsejó.

Habiendo ganado la batalla, el profesor, en gran medida, detuvo su matoneo; terminé el año académico silenciosamente.

* * * *

Conocí al Dr. Norman Vincent Peale cuando Courgae Is a Three-Letter Word fue publicado. Tres años después, luego de un buen tiempo de habernos hecho amigos, me pidió que escribiera un artículo sobre el perdón para su revista, Guideposts. El texto, que apareció en noviembre de 1989, se tituló “Mi más fuerte lucha”. Describía la manera en que, como adulto, aprendí a entender el alcoholismo de mi padre y pude entonces controlar la ira que ardió dentro de mí durante años.

Como resultado de ese artículo, recibí muchas cartas, pero hubo una de estas que me conmovió más que las otras:

“Querido Walter”, empezaba…

Siento mucho haberte hecho quitar tu camisa y avergonzarte en frente de la clase. Me había olvidado de todo eso hasta hoy en la mañana cuando leí tu libro, y, ¡oh!, qué apenado me siento de haber hecho algo así, en especial cuando mi labor era enseñar a los jóvenes a amar.

Según decía, resultó ser que su esposa leyó el artículo en Guideposts y sospechó que yo era el mismo Walter Anderson que había estado en su clase en Immanuel hacía tres décadas. Cuando, al día siguiente, fue a la biblioteca local, encontró una copia de Courage Is a Three-Letter Word, y descubrió el pasaje que contaba lo ocurrido entre nosotros dos. En su carta, me explicaba cómo, de niño, él mismo fue matoneado en repetidas ocasiones por tipos rudos sin ningún tipo de piedad, y cómo todo esto había dejado en él una impresión dolorosa:

Walter, puede que yo estuviera tan asustado de ti como tú de mí. Pensaba que eras todos esos tipos rudos reunidos en uno. ¿Quién sabe qué tanto de tu padre amenazante veía en mí tu niño interior y qué tanto de los matones que me aterrorizaron como niño veía yo en ti? Lamento mucho que las cosas no hayan sido distintas y sé que, como adulto, debí ser yo quien diera ejemplo.

 

Para ayudarme a entender su estado mental en aquel tiempo, me contó algunos eventos terribles que él, su esposa y su familia tuvieron que enfrentar. Y me expresó su deseo: “Espero y ruego que me perdones…”.

Yo lo había perdonado, por supuesto… hacía ya muchos años. Primero, sin embargo, tuve que evolucionar de un adolescente enfadado a un adulto con confianza. El trayecto fue muchas veces doloroso, pero, ¿acaso la vida no se trata de subidas y bajadas, y de aprender de ambas cosas?

De lo mismo se trata Sé valiente: el curso completo para desarrollar confianza en ti mismo.

Espero que, cuando llegues al epílogo de este libro y leas mi respuesta a este profesor que me cambió la vida de muchas más maneras de lo que se imaginaba, tú también hayas crecido en tu recorrido por Sé valiente: el curso completo para desarrollar confianza en ti mismo.

INTRODUCCIÓN

Podemos aprender a tener confianza

Ahí estaba yo, solo, temblando, escondido en las alas del Teatro Ford en Washington, D.C. Por medio de los altoparlantes, una elegante voz masculina le daba una calurosa bienvenida al público, recordándoles a todos que el uso de cámaras y dispositivos electrónicos estaba estrictamente prohibido.

Con cada segundo que pasaba, mi pulso crecía un poco más. No había escapatoria; era muy tarde para arrepentirse o huir. Cientos de personas estaban allá afuera, esperando. Sabía que dentro de unos pocos minutos debería abandonar la seguridad de las pesadas cortinas que ahora me escondían de la vista, caminar hacia el centro de ese histórico escenario y dar comienzo a un show de un solo hombre, una actuación de noventa minutos que yo había escrito llamada “Talkin’ Stuff” (Hablando las cosas).

Movía mi cabeza de un lado a otro. Me preguntaba: “¿Cómo fue que me metí en esto? ¿Qué fue lo que hice? ¿Por qué, caray, por qué estoy aquí?”.

Hace algunos años escuché un comentario de un compañero: “No hay finales felices”. Casi está en lo cierto, pensé. Debió haber agregado: “Solo hay luchas”. La vida es injusta y a veces trágica. Otro tipo obtiene los frutos del árbol que plantamos, obtiene la recompensa que debió der nuestra, se roba el crédito de nuestro trabajo. Vemos cómo gente perezosa corre con suerte y cosas muy malas le pasan a personas muy buenas. Nuestras propias familias y amigos, en ocasiones, nos decepcionan o incluso nos hieren. Y nosotros los herimos y los decepcionamos. No, la vida no es justa.

Así que, sabiendo que puedo recibir una patada, de todos modos, a pesar de hacer mi mejor y más sincero esfuerzo, ¿cómo voy a enfrentar el futuro con confianza?

Estando 100% vivo.

Eso fue exactamente lo que el viejo Dr. Norman Vincent Peale, mi amigo, me dijo al hacerle esa pregunta hace muchos años, y aún no he escuchado una mejor respuesta.

“Debes estar 100% vivo”.

Hazlo. Comprométete. Comprométete con este libro. Estás leyendo esto porque quieres vivir con un mayor nivel de confianza ahora mismo. Esperas descubrir algo en estas páginas que fortalezca tu voluntad, potencie tu coraje, reduzca tus ansiedades y miedos, e incluso pueda ayudarte a responder: ¿Quién soy? ¿Qué quiero hacer? Te gustaría sentirte competente, realizado, necesitado. Y, sí, quieres amar.

 

Okey, dices. Estoy listo. ¿Cómo empiezo?

Primero, el gancho. Ningún libro —incluyendo este— puede hacer el trabajo por ti. La verdad es que yo no puedo volverte alguien con confianza. Lo que puedo es enseñarte a ser una persona con mayor confianza. Así que, si no renuncias ahora mismo, te haré esta promesa: sigue este curso —y sí es un curso— y te daré lo mejor que tengo. Sin trucos, sin promesas vacías. Aprenderás lo que yo sé que funciona.

Este libro surgió de un curso de siete días sobre autoconfianza que fui animado a crear y dictar en el New School for Social Research en la ciudad de Nueva York, en 1994. Elizabeth Dickey, decana, y Marjorie Vai, la presidente del departamento, fueron persuasivas, asegurándome que existía una genuina necesidad de esto. Acordamos que la clase sería llevada a cabo si lograba atraer entre diez y doce estudiantes, una expectativa razonable para un curso nuevo. Sin embargo, tres semanas antes de que el tiempo para registrarse concluyera, la profesora Vai me llamó para advertirme que, aunque normalmente las clases estaban “copadas” con veinte estudiantes, más estudiantes seguían inscribiéndose. Me preguntó qué pensaba de una clase de mayor tamaño. “Cuanto más, mejor”, respondí. En ese punto, veinticinco estudiantes parecían un público razonable. Era evidente que tanto ella como la decana Dickey tenían razón sobre la necesidad: si más de veinte estudiantes se habían inscrito, esto indicaba un interés genuino. Tenían más razón de lo que sabíamos. Para la primera clase, se habían inscrito 54 estudiantes, y debimos trasladarnos de un salón de clase a un anfiteatro. Adicionalmente, la editora de ese momento de la revista Self, Alexandra Penney, escuchó hablar de la clase y envió una reportera, Lauren Picker, a convertirse en una de mis estudiantes. Lauren escribió un artículo sobre el curso que fue publicado en Self, en el número de marzo de 1995.

Después, Alexandra Penney me comentó por qué sentía que Sé valiente: el curso completo para desarrollar confianza en ti mismo era más valioso que otros intentos similares: “Es real. No es psicocháchara. Tú compartes consejos prácticos y reveladores basados en experiencias de la vida real. Esto le llega a las personas y funciona. No se trata de los típicos consejos tipo ‘siéntete bien’ que no duran”.

¿De dónde viene Sé valiente: el curso completo para desarrollar confianza en ti mismo?

Principalmente, de mis propias experiencias de vida y de las de las cientos de personas exitosas que he llegado a conocer muy bien durante las últimas tres décadas.

He aprendido que un individuo puede sentirse supremamente confiado en un área de la vida, pero ser un desastre en cualquier otra. Por ejemplo, un exitoso corredor de bolsa que comercia con millones de acciones al día puede sentirse muy nervioso con la idea de dirigirse a un salón lleno de accionistas.

Por mi parte, he vivido con miedo y ansiedad toda mi vida. No tengo ningún recuerdo de no tener que luchar contra los más dolorosos sentimientos de inferioridad. Hijo de un violento padre alcohólico y viviendo en una vecindad, de niño sentía me sentía vulnerable a ser herido o, peor aún, avergonzado. De adulto, me volví tan sensible a este tema que, cuando escribí mi primer libro, Courgae Is a Three-Letter Word, el título que le di al primer capítulo fue “What Will I Do When They Find Out I’m Me?” (“¿Qué voy a hacer cuando se den cuenta de que yo soy yo?”).

Hasta el día de hoy sufro ataques de ansiedad. Sin embargo, a pesar de mis nervios, acepto muchas de las solicitudes que me envían para hablar frente a grupos de todos los tamaños. He sido invitado a programas de radio y televisión, y he sido el anfitrión de un show televisivo especial en directo que animaba a padres e hijos a leer juntos. He sido entrevistado por reporteros de radio, televisión, revistas y diarios. He escrito varios artículos y cuatro libros. Por más de quince años, he editado la revista con más amplia circulación en el mundo, Parade. Y, como puede verse al principio de este pasaje, me he parado frente a un escenario, solo.

¿Qué he aprendido?

He aprendido a hablar y escribir de forma clara, efectiva y, más importante aún, con confianza, sin importar el grandísimo miedo que sienta. Creo que los seres humanos se pueden transformar, y sé que la verdadera confianza solo viene de la experiencia. Por lo tanto, en Sé valiente: el curso completo para desarrollar confianza en ti mismo, aprenderás lo que he aprendido yo, en un lenguaje directo: Cómo preocuparse bien. Así es, preocuparse bien, que implica descubrir la manera de aprovechar tu ansiedad y disminuir tus apremiantes sentimientos de inferioridad.

Cómo expresar lo que quieres decir.

Cómo persuadir.

Cómo contar una historia bien.

Cómo conseguir la atención de otra persona.

Cómo caerles bien a otros y hacer que te respeten.

Cómo aprender realmente de tus errores.

Cómo reconocer y apreciar la significativa diferencia entre amar y ser amado.

Cómo definir el éxito genuino, vivir con dignidad y sentido.

Cómo hallar el coraje que necesitas cuando lo necesitas; por ejemplo, en aquellos momentos en que debes decirle “no” a alguien o cuando te piden que hables frente a un grupo.

Cómo acordarte de las cosas.

Y qué hacer con tus manos, tus pies, incluso con tus labios.

Empecemos con tus dedos. Dale vuelta a la página.