Agradecimientos

A mi amigo y coautor Álex Rovira por su profesionalidad, su entusiasmo, su confianza y su energía, que facilitaron la elaboración de este libro.

A mi amigo Edson Petronio de Alcántara y a mi hermano Mario Escribano por su apoyo afectivo y logístico.

A todos aquellos hombres y mujeres que trabajan día a día en las organizaciones participando y construyendo la vida social y económica del planeta para todos nosotros y para las generaciones futuras.

GEORGES ESCRIBANO


A mi amigo y coautor Georges Escribano, por todo cuanto he aprendido de ti en lo personal y en lo profesional y por el privilegio que supone avanzar juntos en la exploración de los territorios de la psicosocioeconomía.

A la buena gente, porque con el talento y el talante ayudan día a día a hacer de este mundo un lugar más habitable y porque gracias a ellos podemos aprender cómo crear sistemas humanos más sanos.

ÁLEX ROVIRA

Anexo. Fundamentos de psicosocioeconomía

Definición

La psicosocioeconomía es una teoría de la personalidad individual y de las organizaciones basada en el íntimo e inseparable vínculo entre la psicología humana y la economía. También es un método de intervención en aquellas organizaciones que tienen como objetivo sus propios cambio y crecimiento.

Una familia, una empresa, una institución o un Estado son organizaciones humanas con una estructura y un funcionamiento específicos. Estas organizaciones son, en realidad, sistemas, es decir, elementos articulados entre sí e interdependientes. Estos mismos sistemas son elementos de sistemas mayores. Los elementos de base son humanos, los útiles de trabajo y los objetos de satisfacción de las necesidades y de los deseos humanos.

Para sobrevivir frente a una naturaleza hostil, el ser humano tuvo que asociarse a otros para protegerse y alimentarse. De estas asociaciones nacieron las tribus, las sociedades, las civilizaciones y las culturas. Quien habla de organización habla de estructura y de funcionamiento, es decir, de elementos posicionados, articulados entre sí, como, por ejemplo, un motor, en el que cada pieza, cada tornillo y cada tuerca tienen que encajar para que el motor pueda funcionar. De esta forma, cada elemento de una organización debe tener un lugar determinado y la energía debe circular fluidamente para producir las acciones necesarias.

Cada sistema tiene un modo particular de estructurarse y de funcionar, y tiene también una forma. En los sistemas humanos, estas particularidades se llaman cultura, es decir, una forma de pensar, una visión particular de las situaciones, de las realidades, una manera de sentir y de actuar. En resumen: una personalidad, y esa es la razón de que aquí hablemos de los sistemas de la personalidad.

Muchas investigaciones del ámbito de la sociología, la psicología o el psicoanálisis (de Philippe Bernoux, Kurt Lewin, René Kaës, Wilfred Bion, etcétera) demostraron que, más allá de las personalidades individuales, los grupos y las organizaciones también tienen una personalidad propia.

En nuestros estudios analizamos en profundidad esos trabajos partiendo de las personalidades clínicas. Así, encontramos sistemas de personalidades histéricas, obsesivas, pasivo-agresivas, borderline, narcisistas, psicopáticas, paranoicas y esquizoides. Por otro lado, tuvimos en cuenta, entre otras, las teorías de Jean Bergeret, que consideraba que cada estructura de personalidad tiene un extremo sano y otro patológico. Y que cada uno, en términos estructurales, se encuentra en un punto del segmento. De esta forma, cada sistema de personalidad se puede encontrar más o menos cerca o lejos de la salud o de la patología y, como tal, puede presentar síntomas tanto en las áreas humanas como en las económicas.

Todo síntoma es la manifestación de una dolencia, de un conflicto que puede ser resuelto o curado. Teniendo en cuenta estos factores, hemos trabajado y definido en psicosocioeconomía los siguientes conceptos:

Homopsicosocioeconómicus

El hombre, desde su nacimiento, está sumergido en la economía. Primero como consumidor, después como productor. Su personalidad se va a construir, a moldear, en relación directa con la economía, es decir, sus necesidades y sus deseos tendrán satisfacción a través del modelo sociocultural y económico en el que vive. Jacques Lacan decía que el niño al nacer es como una página en blanco sobre la que la cultura se va a trazar. A lo que podríamos añadir que esa página en blanco es también aquella sobre la que se va a trazar la economía, ya que toda educación tiene como objetivo la adaptación del niño al sistema económico en el que vive. Nos guste o no, hasta la fecha, podríamos asumir que las sociedades forman a sus seres humanos para producir y consumir.

Personalidades psicosocioeconómicas

En función de la historia, las experiencias, la confrontación de las necesidades y los deseos y la realidad económica del medio donde cada uno vive, el individuo desarrollará o inhibirá algunas cualidades o talentos que están en la base de la constitución de la personalidad. En psicosocioeconomía definimos ocho personalidades a partir de las descripciones clínicas:

Indicadores psicosocioeconómicos

La evolución psicogenética de los individuos versus madurez está marcada por experiencias biológicas, psicológicas, sociales y económicas particulares. Esto tendrá como consecuencia el desarrollo y la inhibición de algunas cualidades de la personalidad para la producción y el consumo de bienes económicos. Estos indicadores son: inteligencia, afectividad, sexualidad, pensamiento, intuición, creatividad, capacidad de acción, gestión de los valores y la ley y sociabilidad. El grado de madurez de un ser humano se mide mediante la evolución psicoafectiva sobre la cual se apoyarán los otros indicadores. La evolución afectiva es el eje central del crecimiento psicológico.

Necesidades fundamentales

La dinámica que lleva a las personas y a las organizaciones a construir sistemas obedece a tres necesidades fundamentales:

La necesidad de estructura es la más arcaica y fundamental. Todo individuo busca ante todo un marco de referencia, una estructura. Es una necesidad de paradigma para moldearse. De esta forma, cada uno se coloca dentro de la red socioeconómica en términos de espacio, tiempo e identidad.

La necesidad de reconocimiento se manifiesta por la búsqueda de un lugar frente al otro para existir como una identidad. Esto se traduce en la necesidad de pertenecer al grupo.

La necesidad de estímulo/acción se manifiesta mediante el deseo de actividad, de hacer, de crear, de realizar.

Cuando estas necesidades no se satisfacen, los individuos y las organizaciones presentan síntomas o disfunciones.

Articulaciones psicosocioeconómicas

Todo sistema está constituido por elementos vinculados entre sí. El punto de encuentro entre dos o más elementos (o subsistemas) es la articulación. Para que el sistema funcione, la energía tiene que transitar de un elemento a otro sin interrupción. En psicosocioeconomía una «articulación psicosocioeconómica» es un lazo activo de interdependencia entre uno o más elementos (o subsistemas) en sus acciones, que llevan la energía al interior del sistema, y como subsistema al siguiente (o siguientes) sistema(s) o contexto(s). El corte (o disminución) de transmisión de energía se llama «bloqueo psicosocioeconómico».

Agentes patológicos y agentes terapéuticos

Igual que las personas, toda organización o sistema puede enfermar, incluso puede llegar a desarrollar una dolencia genética de por vida en el caso de que la organización adolezca de genes patológicos desde el inicio. También es posible que desarrolle una enfermedad por contagio, algo muy frecuente en momentos de debilidad inmunológica (crisis económicas, coyunturas difíciles, etcétera).

Alteridad psicosocioeconómica

Designa la capacidad de cada persona para:

Filosofía

Meta

El objetivo de la intervención en psicosocioeconomía es el desarrollo y el crecimiento económico y humano de las organizaciones.

Proceso de intervención

  1. Diagnóstico de la personalidad del sistema (diagnóstico cultural)
    • Estructura y funcionamiento de la organización.
    • Marco de referencia (valores, técnicas, carácter, costumbres, rituales, visión de las realidades humanas, sociales y económicas).
  2. Diagnóstico de definición del (de los) sistema(s) o conflicto(s)

    Análisis a partir de los síntomas para definir el (los) problema(s) que esos síntomas manifiestan (en términos de insatisfacción de las necesidades fundamentales, por ejemplo).

  3. Pronóstico

    Mediante el análisis de los puntos clave del histórico de la organización, de los síntomas actuales y de los diagnósticos es posible realizar un pronóstico.

  4. Contrato

    Si partimos del diagnóstico y el pronóstico, es posible definir los objetivos y los resultados concretos esperados de la intervención.

  5. Plan de acción (o tratamiento)

    Con la realización del diagnóstico, el pronóstico y el contrato están ya definidas las etapas del plan de tratamiento o acción.

  6. Técnicas de intervención

    Las técnicas o estrategias de intervención se deciden de acuerdo con el diagnóstico y el plan de acción. Son técnicas elaboradas por la psicosocioeconomía para trabajar las satisfacciones de las necesidades, cambiar los procesos disfuncionales de las organizaciones y facilitar el desarrollo humano, tecnológico y económico, de tal forma que se permita un inmejorable funcionamiento de la organización en cuestión.

Bibliografía