Créditos

Ennui


V.1: abril de 2020


Título original: Ennui

© de la traducción, Joan Eloi Roca, 2015

© de esta edición, Futurbox Project, S. L., 2020


Diseño de cubierta: Taller de los Libros

Imagen de cubierta: William Grant - The Skater


Publicado por Ático de los Libros

C/ Aragó, n.º 287, 2º 1ª

08009 Barcelona

info@aticodeloslibros.com

www.aticodeloslibros.com


ISBN: 978-84-17743-79-6

THEMA: FBC

Conversión a ebook: Taller de los Libros


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4


El presente proyecto ha sido financiado con el apoyo de la Comisión Europea. Esta publicación (comunicación) es responsabilidad exclusiva de su autor. La Comisión no es responsable del uso que pueda hacerse de la información aquí difundida.

ENNUI

Maria Edgeworth

Traducción de Joan Eloi Roca

1

Sobre la autora

3

Maria Edgeworth (1767-1849) está considerada como la «Jane Austen irlandesa» o la «Walter Scott femenina», aunque lo cierto es que sus novelas influyeron a esos dos autores. Su ficción se divide en tres categorías: bocetos de la vida irlandesa, sátiras sobre la sociedad inglesa contemporánea e instrucción moral para niños. Publicada entre 1796 y 1834, su obra se caracteriza por un amor romántico por el pasado como el de Scott mezclado con una racionalidad e ingenio en la vena de Austen.

Edgeworth nació en Black Bourton, Inglaterra, la segunda de veintidós hermanos (de cuatro esposas). Su padre fue Richard Lovell Edgeworth, señor de una hacienda en Irlanda y partidario de ideas progresistas en educación, especialmente en lo referente en la educación de las mujeres. Maria Edgeworth fue a la escuela en Derby, Inglaterra, y luego estudió en Londres. Su padre creía que la educación era fundamental para la construcción del «nuevo» individuo del siglo xviii, que debía ascender en la vida por sus méritos y no por su linaje.

En 1782, Edgeworth fue a vivir con su padre en Edgeworthstown, en Irlanda, para trabajar como administradora de la propiedad. Allí recopiló el material para sus novelas sobre terratenientes y campesinos irlandeses, pero también se imbuyó de sus teorías sobre la educación. Trece años después, apareció su primera obra publicada: Letters for Literary Ladies, una declaración a favor de que se reformase la educación de las mujeres. Más adelante colaboraría con su padre en Practical Education (1798) y en Essays on Professional Education (1809). Estos escritos afirmaban que las mujeres educadas para hacer uso de la razón serían mejores esposas y madres, una idea muy extendida entre los defensores de la escolarización de las niñas a principios del siglo xix.

Edgeworth publicó su primera novela, Castle Rackrent (1800), de forma anónima. Sus novelas mantuvieron siempre un propósito moral. Belinda (1801) fue una novela de educación femenina que Austen creyó notable. Mientras que la mayoría de escritores ingleses ignoraban a Irlanda, Edgeworth la hacía aparecer en sus novelas. The Absentee, publicado en 1812, muestra los perniciosos efectos en la vida rural irlandesa del sistema de terratenientes ausentes que vivían en Inglaterra. Ennui es un excelente ejemplo de la combinación de Irlanda con otro de sus temas favoritos: la crítica a las costumbres de la clase alta. El cariño de Edgeworth por Irlanda no fue meramente literario: durante la gran hambruna de 1845-47, trabajó denodadamente para aliviar el sufrimiento de los campesinos irlandeses. Murió en Irlanda en 1849. 

Ennui

¿Qué te queda por desear cuando ya lo tienes todo?


El conde de Glenthorn fallece dejando a su heredero su título y una enorme fortuna. El joven conde se entrega sin medida a las diversiones y vicios de moda pero, incluso mientras disfruta de todos ellos, se siente permanentemente insatisfecho sin saber por qué. Es víctima del ennui, un hastío que sobreviene a quien lo tiene todo.

Sin embargo, la visita de la nodriza irlandesa que lo crio hace que Glenthorn emprenda un viaje a las antiguas tierras de su familia en Irlanda, donde encontrará los mejores antídotos contra su enfermedad: el amor, las aventuras y el trabajo.

Maria Edgeworth es la principal novelista inglesa de finales del siglo xviii y comienzos del xix. Entre sus admiradores se contaban Jane Austen, Lord Byron, Stendhal, Iván Turguénev, Anthony Trollope o Walter Scott.




«He decidido leer únicamente mis obras y las de Maria Edgeworth.»

Jane Austen


«Las novelas de Maria Edgeworth han sido una revelación para mí. Me gustaría, aunque fuera a mi modesta manera, ser capaz de emular los maravillosos retratos irlandeses que hace la señorita Edgeworth»

Iván Turguénev


«Ennui me tiene encantada.»

Madame de Staël


«La contribución más innovadora, valiente e influyente de una escritora inglesa antes de Charlotte Brontë y George Eliot.»

Marilyn Butler


«Ennui es una obra perfecta, a la altura de los mejores textos de Voltaire.»

The Edinburgh Review

Contenido


Portada

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Página de créditos

Sobre este libro


Prefacio

Capítulo 1

Capítulo 2

Capítulo 3

Capítulo 4

Capítulo 5

Capítulo 6

Capítulo 7

Capítulo 8

Capítulo 9

Capítulo 10

Capítulo 11

Capítulo 12

Capítulo 13

Capítulo 14

Capítulo 15

Capítulo 16

Capítulo 17

Capítulo 18

Capítulo 19

Capítulo 20

Capítulo 21

Capítulo 22


Notas

Sobre la autora

Sobre el traductor


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Notas


1. «Todo el mundo escuchaba con alegría / las historietas inventadas / y a través de ellas descubrían / los defectos de los demás en lugar de los propios / o, si sospechaban un poco de los propios / creían que nadie más que ellos lo sospechaban», procedente de Lorenzo Pignotti, Favole e Novelle, di Lorenzo Pignotti aretino, Pirotta e Maspero Stampatori-Librai, Milán, 1807.


2. Este es el prefacio con el que se publicaron los Tales of Fashionable Life o Cuentos a de la vida la moda, la recopilación de pequeñas novelas que encabezaba Ennui. (N. del T.)


3. The Parent’s Assistant, en castellano El ayudante de los padres, es una recopilación de relatos de Maria Edgeworth publicada en su primera versión en 1796 por el editor Joseph Johnson, el más destacado editor literario de Gran Bretaña en la última década del siglo xix. William Thackeray menciona esta obra en su Vanity Fair y se sabe que la reina Victoria lo leyó en 1837, pues comentó en su correspondencia que leía «el inimitable y delicioso Ayudante de los padres». (N. del T.)


4. Moral Tales, en castellano Cuentos con moraleja, es una recopilación de relatos de Maria Edgeworth publicada en 1801. Con ellos, la autora pretendía impulsar los preceptos educativos expuestos conjuntamente con su padre en Educación práctica (1798) y ofrecer relatos para niños mayores que aquellos a los que había sido dirigida su anterior obra, The Parent’s Assistant. Esta obra, como todas las de Edgeworth, fue extremadamente popular, con sucesivas ediciones en 1802 y 1806 y múltiples traducciones a otras lenguas. (N. del T.)


5. Popular Tales, en castellano Cuentos populares, es otra recopilación de relatos, publicada originalmente en 1804 también por el editor Joseph Johnson. (N. del T.)


6. Practical Education, que se traduce por Educación práctica, es un tratado sobre educación escrito por Maria Edgeworth en colaboración con su madrastra, Honra Sneyd (que murió antes de que estuviera finalizado y cuyo nombre suele omitirse, injustamente, entre los coautores de la obra) y su padre, Richard Lovell Edgeworth. La obra se publicó en dos volúmenes en 1798 y es una teoría de la educación que combina las ideas de filósofos como John Locke con las de Jean-Jacques Rousseau y otros ensayistas menos conocidos. La tesis básica del tratado es que las primeras experiencias de un niño son clave y que las costumbres que forja en los inicios de su infancia suelen durar toda la vida. Subrayaba también la importancia de la experimentación, la observación y el pensamiento crítico en el desarrollo formativo de un niño. (N. del T.)


7. Essays on Professional Education, publicado en 1809, trataba de las diversos oficios que se dan en una hacienda y de la preparación necesaria para cada una de esas diversas profesiones, entre las que se contaba la Iglesia, el ejército, y el Derecho, así como consejos para la educación de estadistas, caballeros e incluso príncipes. (N. del T.)


8. El señor Lovell escribe mal el nombre del autor, Dieudonné Thiébault (1733-1807), hombre de letras francés favorecido por el rey alemán Federico II, de quien fue amigo, asesor y editor de confianza durante dos décadas. Thiébault, por ejemplo, era el encargado de leer ante la Academia de las Ciencias de Berlín, a la que aquí se refiere Lovell, todos los escritos del monarca. En 1784 Thiébault regresó a París y fue un activo difusor de las nuevas ideas que llevarían a la Revolución Francesa, tras la cual ocuparía varios cargos relacionados con la educación y la cultura. (N. del T.)


9. Mantengo la expresión de origen francés ennui tanto en el título de la obra como a lo largo de este libro para distinguir esta especial condición del alma a la que se refiere Maria Edgeworth y que afecta a la clase alta, y distinguirla así de otros tipos de desmotivación, aburrimiento, desinterés, fastidio, tedio o hastío puntuales. El ennui es, pues, una condición que impregna todos los aspectos de la vida de quien la sufre, a modo de una enfermedad terrible para la que el afectado no conoce cura. (N. del T.)


10. «“¿Qué hacéis en Potsdam?”, pregunté al príncipe Guillermo un día. “Caballero”, me dijo, “nos pasamos la vida conjugando todos el mismo verbo: ‘Yo me aburro, tú te aburres, él se aburre, nosotros nos aburrimos, vosotros os aburrís, ellos se aburren; me aburría, me aburriré, etcétera.’.”» (Dieudonné Thiebault, Mes Souvenirs de vingt ans de séjour à Berlin; ou Frederic le Grand, sa famille, sa cour, París, 1804 (5 volúmenes). (N. del T.)


11. La autora y sus editores utilizaron esta antigua manera de escribir la palabra francesa anglois, que debido a la influencia de Voltaire, fue, a partir del tercer cuarto del siglo xviii, gradualmente substituida por la más moderna anglaise, aunque la Académie Française no la abandonó hasta 1835. (N. del T.)


12. El narrador, al hablar del invierno en Londres, se refiere a lo que se conocía como la London season, o la temporada de Londres. Esta «temporada» nació coincidiendo con las sesiones del parlamento. Durante los meses en que el parlamento estaba activo, los miembros de ambas cámaras debían residir en Londres y acudían a la capital acompañados por sus familias. La temporada de Londres, o invierno de Londres, nació como respuesta a la necesidad de entretener a todas estas personas de clase alta que llegaban a la capital. Tradicionalmente, esta temporada empezaba a finales de octubre, con el inicio de las sesiones, y terminaba en junio, cuando se suspendían con la llegada del verano. Posteriormente a la época de esta novela, a medida que avanzó el siglo xix y mejoraron los transportes, la temporada se pospuso y tendió a comenzar más tarde (en ocasiones incluso en febrero) y a prolongarse hasta julio. (N. del T.)


13. Las cursivas están en el original. De enero a junio de 1809 estalló el escándalo del duque de York, tercero en la línea de sucesión al trono de Gran Bretaña y comandante supremo del ejército, y su astuta amante, la señora Mary Anne Clarke, que compensaba lo mucho que se demoraba el duque en pagarle su asignación vendiendo ascensos, especialmente en el ejército. Entre los asombrosos gastos de la casa de la señora Clarke (que se estimaban en unas diez mil libras anuales) se contaban dos carruajes y entre ocho y diez caballos. En el juicio a la señora Clarke por corrupción (1809), el tribunal supo que otro de los protagonistas del escándalo, el coronel Wardle, que era parlamentario, había enviado a su mujer en una calesa (o landó) a un hotel en la calle Brook con una carta a un tal mayor Hogan en la que el mayor encontró un billete de quinientas libras. Se puede leer sobre estos asuntos en Clarke, M.A., The Rival Princes (Londres, 1810) y en Taylor, Elizabeth, Authentic Memoirs of Mrs Mary Ann Clarke, segunda edición (Londres, 1809). (N. del T.)


14. «¡Oh, remedio seguro, / ven, saca a estos diletantes de su apatía! / ¡Al menos la avaricia disfrazada de placer / entretiene sus mentes vacías!». Hasta nuestra edición no se había identificado la fuente de estos versos, pero proceden de las Épitres de Voltaire, concretamente de Épitre à Madame Denis (1748). Se han omitido seis versos de la estrofa original. (N. del T.)


15. Entre los clubes de caballeros más conocidos de la calle St. James, se contaban (y se cuentan todavía hoy) Brook’s, Boodle’s y White’s. El primero era especialmente conocido a principios el siglo xix, pues era donde Charles James Fox, un importante político de la época, jugaba por las noches (Fox fue, además, un jugador legendario que en una ocasión afirmó que «Ganar es el mayor placer del mundo. Y perder el segundo mayor»). Edgeworth pidió ayuda a sus amigos para que le contaran cómo era ese tipo de vida, y anotó muchas de esas anécdotas en sus cuadernos. En Navidad de 1804 escribió a su prima Sophy Ruxton contándole que su vecino, Lord Longford, le había contado «una gran cantidad de anécdotas excelentes sobre el juego, la comida y la bebida, que figurarán todas en Ennui». (N. del T.)


16. John-o’-the-Scales, o Juan de las Balanzas, es un personaje de una balada tradicional inglesa titulada The Heire of Linne, sobre un noble escocés que malgasta su fortuna y malvende sus tierras a Juan de las Balanzas, un antiguo administrador que ha acumulado fortuna. (N. del T.)


17. Según Marilyn Butler, en su edición de Ennui para la colección Penguin Classics, se trata de versos escritos al estilo de Hudibras (1663-8), la sátira de Samuel Butler contra el fervor presbiteriano, que se convertiría en un modelo para ese tipo de textos durante más de cien años. Se desconoce la fuente de estos versos en concreto. (N. del T.)


18. «¡Cuatro platos de diferentes sopas; un faisán entero; una perdiz; una gran fuente de ensalada; un carnero cortado en su propia salsa, con ajo; dos buenas raciones de jamón; una bandeja de pasteles; fruta y conservas!». Isabel Carlota del Palatinado, Mélanges historiques, anecdotiques et critiques sur la fin du règne de Louis XIV, Léopold Collin, París, 1807. (N. del T.)


19. Clodio Albino (147-197). (N. de la A.)


20. El «historiador romano» a quién se atribuye esta historia es Cordus. Parece que Edgeworth consultó una colección de Vidas de emperadores romanos que llevaba editándose desde el siglo xvi y que había sido supuestamente compilada en el siglo iv y cuya autoría sigue siendo objeto de debate. El «glotón imperial» en cuestión es Clodio Albino, que intentó convertirse en emperador tras la muerte de Cómodo, en 192 d. C., pero Severo se enfrentó a él y acabó con su vida. Estas historias sobre Clodio tienen todo el aspecto de campañas de desprestigio propagadas por el vencedor. La enumeración de viandas citadas aparece en la entrada sobre Clodio de la Historia Augusta. (N. del T.)


21. Referencia a la cuarta sátira de Juvenal, en la que un pescador de Ancona regala al emperador Domiciano un enorme rodaballo. Al comprobar que no hay bandeja lo bastante grande para cocinar el pescado, Domiciano convoca a su consejo de asesores para que debata el problema. Escucha a unos partidarios de cortar el rodaballo y otros de encontrar un recipiente más grande. Esto último es lo que se decide hacer. (N. del T.)


22. No fui yo el noble que apostó que podría matar al mejor corcel en solo quince minutos. De hecho, debo decir en mi honor que me alegró que este hombre perdiera su apuesta. Lo cierto es que reventó al caballo en cuatro minutos, y el caballo acabó muriendo; pero no dentro del plazo prescrito en la apuesta (N. de la A.)


23. La reciente invasión de Egipto por Napoleón Bonaparte en 1798 puso de moda los ornamentos y artefactos egipcios en Europa. (N. del T.)


24. Extraído de «Cómo el alma descarga sus pasiones sobre los falsos objetos cuando le faltan los verdaderos», uno de los Ensayos de Montaigne. El fragmento es el siguiente: «Un noble francés, muy propenso a la gota, a quien los médicos habían prohibido terminantemente todo tipo de carnes saladas, se había acostumbrado a responder en broma: “Necesito tener a mano causas a las que achacar mis males, y poder maldecir unas veces a las salchichas y otras al jamón o a la lengua de vaca, para sentirme más aliviado”». (N. del T.)


25. Macbeth, V. v. 49. (N. del T.)


26. Si alguien cree que es imposible que un hombre importante como Lord Glenthorn fuera tratado con tanto descuido en el momento de su muerte, recuerde las escenas que siguieron a la muerte de Tiberio, de Enrique IV de Francia, de William Rufus o de Jorge II. (N. de la A.)


27. «El entregar a un niño a otra familia para que lo acoja y críe no he leído ni oído que este en boga en ningún país, ni bárbaro ni civilizado, de la forma en que era, y es todavía, popular en Irlanda… En la opinión de este pueblo, la acogida siempre ha forjado vínculos más fuertes que la sangre; y el niño acogido ama y es amado por los padres que lo acogen y su sept (o clan) más que por sus padres y familiares naturales, y así participa de manera más franca en sus costumbres y se adhiere a ellas, en lo bueno y en lo malo, con más afecto y constancia… Una costumbre tan extendida en un reino de dar y tomar niños en acogida y que esto cree relaciones tan fuertes como en Irlanda, no se ha visto ni oído en ningún otro país del mundo». Sir John Davies, A Discoverie of the True Causes why Ireland was never entirely subdued… until… James I (Dublín, 1761), printed exactly from the [first] edition in 1612, pp. 124-5. (N. del T.)

En Peerage of Ireland, de Lodge, puede leerse la historia de una nodriza irlandesa que fue de Kerry a Francia, y de Francia a Milán, para ver al niño al que había criado, Lord Thomas Fitzmaurice, para advertirlo de que su hacienda corría peligro a causa de uno de sus herederos legales, que había tomado posesión de ella en su ausencia. La nodriza, que era muy anciana, murió durante el viaje de regreso a casa. (N. de la A.)


28. Hugh O’Neill fue el segundo conde de Tyrone (1540-1616) y el principal enemigo irlandés de Isabel I. Fue educado en Inglaterra y, tras su regreso a Irlanda, al principio cooperó con los comandantes locales de Isabel. Luego se peleó con uno de ellos, Sir Henry Bagenal, y en 1591 se fugó con la hermana de Bagenal, Mabel, a quien convirtió en su tercera esposa. Ella regresó a casa de su hermano después de que O’Neill paseará a sus amantes ante sus narices. O’Neill se convirtió en la punta de lanza de la resistencia irlandesa durante el resto del reinado de Isabel, pero bajo Jaime I abandonó el país y murió en el exilio en Roma. (N. del T.)


29. Espíritus femeninos del folclore irlandés que, según la leyenda, se aparecen a una persona para anunciar con sus gemidos la muerte de un pariente cercano. Las primeras menciones de estos seres sobrenaturales son del siglo viii y su nombre procede del gaélico bean si, que significa «mujer de los túmulos». (N. del T.)


30. Versos procedentes de Florio, de Hannah Moore (1745-1833), publicado en Londres en 1786. (N. del T.)


31. La autora se refiere a una historia sobre la muerte de Felipe III referida por François de Bassompierre (1579-1646) en su narración (inacabada) de sus embajadas a España, Suiza e Inglaterra, publicada en Colonia en 1668. Bassompierre explica que en un día frío se puso un brasero junto al rey. El brasero le estaba dando un calor excesivo al monarca, pero los cortesanos discutieron a quién correspondía retirarlo y, al final, nadie lo hizo. El calor provocó unas fiebres al rey cuyas complicaciones, según Bassompierre, finalmente acabaron con su vida. (N. del T.)


32. El hostigamiento de toros, o bull-baiting, se llevaba a cabo en un ruedo que solía estar construido para ese fin y consistía en atar a un toro a una estaca con una cuerda y lanzar contra él perros que debían derribarlo. Para una de las variantes de este espectáculo se creó la raza de perros bulldog. El 18 de abril de 1800 y el 26 de mayo de 1802 se debatió en la Cámara de los Comunes la prohibición de este espectáculo, debates de los que probablemente se hace aquí eco el narrador, pero esta práctica no se prohibió hasta 1835. (N. del T.)


33. «¿Eres feliz en la flor de la vida? / ¿Tienes tus gustos y entretenimientos? / Debes llevar una vida muy agradable. / El otro contestó con dos palabras: “Me aburro” / “Pues que pena”, dijo el hada, pero yo creo / que lo mejor es estar en casa». Versos extraídos de La Bégueule, de Voltaire (1694-1778). (N. del T.)


34. Las más destacadas casas de nobles convertidas en hotel en esta época fueron el Shelbourne y el Gresham, ambos hoteles siguen abiertos hoy. (N. del T.)


35. Festival que se celebra la tercera semana de septiembre en el pueblo del mismo nombre y que atrae a gente de toda Irlanda. (N. del T.)


36. Desde que se publicaron las memorias de Lord Glenthorn, el editor ha recibido cartas e informaciones del este, oeste, norte y sur de Irlanda sobre el estado de las postas en ese país. A continuación reproduzco una de esas cartas, que nos ha sido remitida por una fuente de absoluta confianza que nos garantiza que es un hecho real. La escribo en los mismos términos en que fue comunicada al editor: «El señor —, que viajaba por Irlanda, se subió a un coche de alquiler y se sorprendió al ver que el cochero daba unos golpes a ambos lados del coche.

—¿Qué está usted haciendo? —preguntó al cochero.

—Que me aspen si no estoy clavando las puertas de su señoría.

—Pero ¿por qué las está clavando? ¡Yo no quiero que las clave!

—¡Ja! ¿Prefiere su señoría que las puertas salgan volando de las bisagras?

Cuando llegaron a la siguiente parada, el señor — le pidió al hombre que quitara los clavos para poder bajar.

—¡Cómo! ¿Quitar los clavos y destrozar las puertas?

—Si no ¿cómo voy a salir?

—¿No puede salir su señoría como los demás caballeros, por la ventana?

El señor — lo intentó, pero después de haber sacado la cabeza y el hombro no pudo ir más allá, y volvió a llamar al postillón.

—¡Caramba! ¿Es que ha visto a alguien salir de un coche de cabeza? ¿No puede su señoría salir con los pies por delante, como un buen cristiano?»

Otro lector del sur envía una carta en la que cuenta que, cuando se negó a partir hasta que se hubiera herrado a uno de los cuatro caballos, al que le faltaba una herradura, oyó que dos postillones comentaban:

—Paddy, ¿de dónde voy a sacar una herradura sin un herrero por aquí cerca?

—No hay problema, ¿no ves aquel caballo de algún caballero en el campo? ¿No puedes ir y quitarle una herradura?

—Pues claro —dijo Jem—, pero la herradura de ese caballo no le ajustará.

—Pues claro que no, pero puedes intentar ponérsela —dijo Paddy.

Así que el caballo del caballo fue desherrado y su herradura puesta al caballo de posta, y encajara o no, Paddy salió con el caballo de posta herrado.

Otro caballero, que viajaba por el norte de Irlanda en un coche de alquiler durante una tormenta descubrió que dos de las ventanas estaban rotas y que no había forma humana de subirlas: se quejó a su Paddy de lo incómodo que resultaba viajar con la tormenta dándole en la cara. Como consuelo, el cochero le dijo:

—¡Pues sí! Bendita sea su señoría, ¿no puede usted salir y sentarse detrás del carruaje? Allí, según creo, no le tocará ni una gota. (N. de la A., añadida en la cuarta edición)


37. Ann Radcliffe (1764-1823) fue una escritora inglesa pionera de la novela gótica. Ese elemento gótico era particularmente evidente en la introducción de elementos sobrenaturales en sus obras, a los que finalmente daba una explicación racional. Su novela más conocida es Los misterios de Udolfo (1794), en la que la protagonista sufre diversos hechos sobrenaturales y aterradores en su castillo. (N. del T.)


38. Habitualmente un arriendo, o lease, se concedía en Irlanda por un número determinado de años, usualmente 21 o 31, pero también eran relativamente comunes los arriendos por tres vidas. Un arriendo de tres vidas expiraba cuando fallecía la última de las tres personas nombradas en él. (N. del T.)


39. Mirabeau, Histoire secrète de la cour de Berlin, ou correspondance d’un voyageur français, París, 1789. (N. del T.)


40. Literalmente, «Nueva Hardcastle» o, si se prefiere, «Villanueva de Hardcastle». (N. del T.)


41. «¿De que vale la razón expresada en voz baja contra alguien que berrea de ese modo?», extraído de una anécdota atribuida a Molière en Encyclopédiana, Recueil d’anecdotes anciennes, modernes et contemporaines, París, Paulin, 1843. (N. del T.)


42. La forma más económica de iluminar una estancia y, por tanto, la más utilizada por los menos favorecidos. Consistía en una pequeña antorcha creada empapando en grasa la médula seca de un junco. Fueron muy comunes entre los más pobres en las islas británicas, que no se podían permitir velas. Se utilizaron hasta finales del siglo xix, experimentando luego un breve resurgimiento durante la Segunda Guerra Mundial. (N. del T.)


43. «En el parlamento, durante el cuadragésimo cuarto año del reinado de Isabel… [un parlamentario] dijo que un juez de paz era una criatura que por media docena de pollos estaría dispuesto a saltarse toda una docena de artículos del código penal», en Edmund Bohun, The Justice of the Peace, his Calling and Qualifications (1693), pp. 118-19. (N. del T.)


44. Canción tradicional que aparece transcrita en la página 70 del cuaderno de notas de Maria Edgeworth con la anotación «canción para la nodriza». (N. del T.)


45. Ver Philosophical Transactions, vol. lxvii, parte 2, Observaciones de Sir George Shuckburgh para discernir la altura de una montaña, para leer una descripción completa de la cabaña de un par de pastoras alpinas. (N. de la A.)


46. William Harrison, «Description of England», capítulo 12: «Of the Maner of building and Furniture of our Houses», incluido en Raphael Holinshed, The Chronicles of England, Scotland and Ireland (1577), nueva edición, 6 volúmenes. (Londres, J. Johnson, 1807), vol. I, pp. 314-16. (N. del T.)


47. Ver Harrison (N. de la A.)


48. Versos de Florio (1786), de Hannah Moore. (N. del T.)


49. En las ediciones publicadas entre 1809 y 1825, la autora añade «aunque hablaba a un volumen bastante alto», pero eliminó esta frase a partir de la edición de 1832. (N. del T.)


50. El castillo de Dublín era la residencia del virrey y la sede del gobierno irlandés. El Lord Lugarteniente de Su Majestad es el representante personal de la corona británica en cada una de las naciones del Reino Unido, en la época en la que transcurre la novela, tras la Ley de Unión de 1801, oficialmente denominado Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda. (N. del T.)


51. Juego de palabras, amparado en que la pronunciación de ambas rima. «Sawney» es una forma de referirse a los escoceses, derivado del diminutivo de Alexander, un nombre muy común en Escocia. Esta forma de referirse a los escoceses cayó en desuso a finales del siglo xix. «Yawnée» hace referencia a yawn, bostezo o bostezar. (N. del T.)


52. «Debe decirse que este caballero tiene un talento extraordinario para el silencio», frase que los Edgeworth atribuyeron a Talleyrand durante la visita que realizaron a París en 1802-3. (N. del T.)


53. Quizá, en opinión de Marilyn Butler en su edición de Ennui para Penguin, se trata una puya de algún miembro de la familia Edgeworth a John Carr, autor de un libro titulado The Stranger in Ireland, durante su visita a Edgeworthstown en 1805. R. L. y Maria Edgeworth firmaron una demoledora crítica contra el libro a cuyo autor acusaron de documentarse poco, haber plagiado parte de su texto y escribir de forma pomposa. La investigación de Lord Craiglethorpe sobre los irlandeses en Ennui es una parodia de la de Carr. (N. del T.)


54. Edmund Spenser (1552/53-1599), Mother Hubbard’s Tale, 895. (N. del T.)


55. John Milton, El paraíso perdido, IV, 830. (N. del T.)


56. Adaptado de Pope, Imitaciones de Horacio, Epístola I, i, 47: «Por tarde que sea, iré a la escuela». (N. del T.)


57. Pope, Epístola V, A Burlington, 1, 149. (N. del T.)


58. Pope, Ensayos morales, II, 52. (N. del T.)


59. La Royal Humane Society se fundó en Inglaterra en 1774 por William Hawes, con el propósito de aplicar primeros auxilios a las personas que aparentemente habían muerto ahogadas, especialmente mediante técnicas de respiración asistida, pues a muchos se los daba por muertos. Su lema es lateat scintillula forsan, es decir, «quizá yace escondida una pequeña chispa». (N. del T.)


60. «En petit compris vous pouvez voir / Ce qui comprend beaucoup par renommé / Plume, labeur, la langue, et le devoir / Furent vaincus par l’amans de l’aimée / O gentille ame, etant toute estimée / Qui te pourra louer qu’en se taisant? / Car la parole est toujours réprimée / Quand le sujet surmonte le disant». Maria Edgeworth copió el epitafio del rey de Francia Francisco I (1494-1547) a la Laura de Petrarca en su cuaderno de notas para Ennui, pero no cita fuente. Este epitafio que el monarca francés dedicó al sepulcro de Laura fue también muy admirado por Lope de Vega, que en Lo que pasa la tarde, alude a él: «En loor de Petrarca vi / versos con mucha elegancia / de Francisco, rey de Francia». Los versos se traducen por: «En un pequeño recinto podéis ver / a quien tuvo una fama muy grande. / La pluma, el trabajo, la lengua y el deber / fueron vencidos por la amante de la amada. / Oh, gentil alma, tan altamente honrada / ¿Quién te podrá alabar sino con silencio? / Pues las no acuden a los labios / cuando el sujeto es mayor que aquel que habla». (N. del T.)


61. La anécdota aparece en Giorgio Vasari, Las vidas: De los más excelentes arquitectos, pintores y escultores italianos desde Cimabue a nuestros tiempos. Publicado originalmente en Florencia en 1550, hay una reciente edición en castellano en Cátedra (2011). En el cuaderno de notas de Maria Edgeworth para Ennui, la anécdota aparece incorrectamente atribuida a Leonardo da Vinci. (N. del T.)


62. «—Vamos, mademoiselle, hable… Ya verá, madame, qué bien habla… Vio que yo dudaba, y creyó que tenía que ayudarme, igual que tarareas una canción para indicarle a un cantante lo que quieres que cante. —Hable un poco sobre religión, mademoiselle, y luego puede hablar usted sobre otra cosa». Mémoires de madame la baronne de Staal, écrits par elle-même, 3 volúmenes (Londres, 1787), I, pp. 124-25. La escena sucedió en París en 1710, cuando la joven mademoiselle de Launay, recién salida de su educación en un convento, fue exhibida por la duquesa de la Ferté ante la duquesa de Noailles. (N. del T.)


63. Laurence Sterne, Viaje sentimental por Francia e Italia, publicado en 1768, poco antes de la muerte del autor. La obra puede considerarse una especie de epílogo a Tristram Shandy pero, desde luego, fue una réplica al mucho menos sentimental Viajes por Francia e Italia, de Tobias Smollett. Sterne se encontró con Smollett durante sus viajes y le desagradó su forma de ser malhumorada y bronca. Uno de los personajes menos agradables de Viaje sentimental, el profesor Smelfungus, es un trasunto de Smollett. (N. del T.)


64. Hay que tener en cuenta que el persa era la lengua de la corte mogola en Delhi y que, como tal, fue durante el siglo xviii y el principio del xix la principal lengua de gobierno en los territorios británicos de la India. (N. del T.)


65. Lenore, a veces traducido al castellano como Leonora, es un poema del escritor alemán Gottfried August Bürger (1747-1794), escrito en 1773. Se trata de una balada gótica de gran influencia en el desarrollo del romanticismo literario en toda Europa y también importante en la tradición literaria vampírica, pues habla de un espectro que vuelve de la tumba. Aunque el espectro no es exactamente un vampiro, Bram Stoker cita un verso de este poema («Lass tuhn die Toten», «Deja a los muertos en paz») al inicio de su novela Drácula (1897). (N. del T.)


66. «Amynta» es el poema más conocido de Sir Gilbert Elliott, tercer baronet de Minto (1722-77), publicado por primera vez en 1749 y que fue adaptado a una canción. (N. del T.)


67. Esta es precisamente la visión que expone Burke en sus Reflexiones sobre la Revolución francesa (1790) y en otras de sus obras. Entre los conservadores británicos estaba muy extendido el desprecio hacia los intelectuales, especialmente hacia 1797-98, fechas que coinciden con las principales ediciones de Ennui. (N. del T.)


68. Muchos de los poemas del orientalista Sir William Jones (1746-94) fueron publicados póstumamente en la edición que hizo A. M. Jones de sus obras completas en seis volúmenes (1799-1801). Eran imitaciones de poemas originales hindúes, persas, árabes y clásicos, y gozaron de una considerable popularidad durante los veinte años siguientes, especialmente después de que en 1807 se dedicara un volumen a Sir William Jones en la muy famosa colección Poetas de Gran Bretaña publicada en 109 volúmenes (el dedicado a William fue el volumen 61) por el innovador impresor y editor John Bell, que vendía cada volumen al precio de seis chelines un precio pensado para llevar la poesía a las masas, ya que entonces los libros de ese estilo valían varias veces más. (N. del T.)


69. Una referencia al carácter del hipócrita Joseph Surface, un personaje de la obra de teatro de Richard Brinsley Sheridan (1751-1816), The School for Scandal (1777). Es una obra que fue extremadamente popular y sigue siendo una de las comedias más valoradas de la literatura británica. (N. del T.)


70. Tras algunos años de disturbios en el sur agrícola y de planificación de una resistencia armada organizada en el norte, especialmente en el Ulster, los Irlandeses Unidos reunieron un ejército de 15 000 hombres con el que tomaron la ciudad de Wexford a finales de mayo de 1798. En junio perdieron una batalla decisiva a campo abierto en Vinegar Hill y luego la rebelión fue aplastada de forma sangrienta. Un contingente francés de 900 soldados profesionales bajo el mando del general Humbert desembarcó en el condado de Mayo el 22 de agosto de 1798 y, reforzados por campesinos locales, avanzaron hasta unos treinta kilómetros de Edgeworthstown antes de ser derrotados en septiembre cerca de Granard. Estos acontecimientos históricos enmarcan y fechan la acción de los capítulos 12 a 18. La guerra fue sangrienta y, aunque la división no estaba trazada siguiendo líneas religiosas (los Irlandeses Unidos fueron fundados por protestantes no anglicanos), el conflicto fue sangriento y cobró tintes de guerra civil. Ambos bandos cometieron atrocidades, siendo particularmente terribles las de los ingleses tras sus victorias, pues trataban a los combatientes enemigos capturados no como prisioneros de guerra, sino como traidores a la nación y, en consecuencia, eran ejecutados. (N. del T.)


71. John Milton, Paraíso perdido, III, 47-9. (N. del T.)


72. William Cullen, First Lines of the Practice of Physic, Edimburgo, 1796. De este mismo tratado derivan los síntomas nerviosos que padece Glenthorn y las sugerencias de actividades que podrían aliviarlos: las apuestas, el ejercicio, un viaje, las emociones fuertes… (N. del T.)


73. William Hamilton, Letters concerning the North Coast of the County of Antrim (1790), parte II, p. 33. (N. del T.)


74. «El venado se levanta de los bosques de las laderas del monte Glenaa, en las que abundan los ejemplares salvajes; el pie y las laderas de las montañas están cubiertos de bosque y las pendientes son tan pronunciadas que no se puede descender al fondo a caballo ni tampoco ascender por ellas. Es imposible seguir la cacería, ni a pie ni a caballo. El espectador disfruta de los entretenimientos del lago, donde los ladridos de los sabuesos y las notas del cuerno resuenan por las colinas desde todas direcciones. Los ecos de los gritos de alegría que se escuchan por todos los valles y montañas, que suelen estar llenos de paseantes, que acuden en gran número a tomar parte y ayudar en la cacería, contribuyen al mayor goce y disfrute que la imaginación pueda concebir derivada de la caza. Quizá en ningún lugar pueda disfrutarse este deporte con la sublime elevación del ama que produce la caza del venado en el lago Killarney. Hay, sin embargo, un peligro inminente para el cazador: que en el rapto del éxtasis olvide donde está y se caiga del bote. Cuando el venado se cree atrapado, cansado de la dificultad de avanzar entre los bosques enganchándose las astas con las ramas, aterrorizado por los gritos de sus perseguidores, que le pisan los talones, mira ahora hacia el lago como su último recurso. Luego se detiene y mira hacia arriba, pero las colinas son inexpugnables y el bosque se le niega como refugio. Tras él los perros ladran con redoblada furia y el venado se lanza a las aguas del lago. Escapa por unos breves minutos de un enemigo inmisericorde para caer en las manos de otro. Los gritos de los hombres en los botes pronto rodean a la víctima, arrojan lazos sobre sus astas y pronto lo capturan y arrastran a la orilla, donde, mientras grandes lágrimas descienden por su rostro y sus costados jadeantes delatan su agonía, el avieso cuchillo bebe su sangre mientras los salvajes se regocijan con su último gemido». (N. de la A.)


75. La autora, en realidad, está riéndose de la descripción de la caza que hace Carr en sus guías. De hecho, la transcripción que aparece en la anterior nota de la autora no es tal, sino, en realidad, una parodia del estilo pomposo y exagerado de Carr. Ahora el narrador remacha el clavo. (N. del T.)


76. Del poema «Descent of Odin», de Thomas Gray (1716-1771). (N. del T.).


77. El grito en inglés es «Places! Places!», que también podría traducirse por «¡A sentarse! ¡A sentarse!» y es una llamada al orden para que los miembros de la Cámara de los comunes se sienten. Quizá Maria Edgeworth escuchara esta anécdota de M.A. Pictet, un viajero genovés que visitó Edgeworthstown en 1801 y que luego escribiría Voyage de trois mois en Angleterre, en Écosse et en Irlande (Génova, 1802). (N. del T.)


78. Fábula de La Fontaine «El perro que lleva la comida de su amo»: «El caso fue que pasó un mastín, y probó a quitarle los manjares. No lo consiguió tan fácilmente como creía: nuestro perro dejó en tierra la presa para defenderla mejor, libre de la carga, y comenzó la batalla. Acudieron otros perros, entre ellos algunos de esos que viven sobre el país y hacen poco caso de los golpes. No podía contra todos el pobre can, y viendo la pitanza en inminente riesgo, quiso obtener su parte, como era de razón. “¡Basta de pelea! Les dijo: no quiero más que mi ración; para vosotros lo demás.” Y así diciendo, hinca el diente, antes que nadie. Y cada cual tira por su parte, a quien mejor: y todos participaron de la merienda». (N. del T.)


79. Como ya hemos visto, los Irlandeses Unidos eran una asociación de católicos y protestantes que perseguían el fin de la administración británica en Irlanda. (N. del T.)


80. «La verdad no es siempre verosímil», Boileau, Art poetique, canto III, I. 48: «Le vrai peut quelquefois n’être pas vraisemblable» (N. del T.).


81. Pope, Ensayos morales. (N. del T.)


82. Matthew Prior, Henry and Emma, 1708, II. 149-50. (N. del T.)


83. Estos versos, cuya procedencia se identifica por vez primera en esta edición, son una estrofa de An irregular Ode written at Wickham in 1746, de George Lyttelton, publicados en la colección «The Poets of Great Britain», del editor John Bell, de la que ya hemos hablado. (N. del T.)


84. Se refiere a la anécdota de un campesino gascón que se presentó a las puertas del Louvre con un queso casero para regalárselo a Enrique IV de Francia (1553-1610), que también procedía de Gascuña, con la intención de entregárselo en mano. El caso es que el campesino dijo al soldado de guardia que traía queso de vaca para el rey. El soldado, viendo el aspecto harapiento del gascón y a duras penas entendiendo su dialecto, el patois, lo echó con malos modos y no pocos palos. El campesino reflexionó, pensando qué podía haber hecho mal para que le recibieran así cuando solo traía un regalo para el rey. Decidió que había sido por decir queso de vaca en lugar de queso de buey. Volvió a las puertas de palacio, pero esta vez el rey lo vio y lo hizo pasar ante la corte. Le preguntó que traía y el campesino dijo que queso de buey. El rey, avergonzado de que un gascón como él se equivocara delante de toda la corte, se acercó y en voz baja le susurró:

—Debéis decir queso de vaca.

A lo que el campesino replicó, en patois:

—Yo no diría queso de vaca si fuera vos, pues yo lo hice para que me admitieran a vuestra cámara y un tipo vestido de azul me dio una somanta que todavía me duele. (N. del T.)


85. En realidad, se trata de una célebre paradoja que cuenta Aulo Gelio en sus Noches áticas. Efectivamente, Eulato había pactado pagar a Protágoras con los beneficios del primer caso que ganara. Unos dicen que tras acabar sus estudios, Eulato no buscó clientes, otros que no los encontró, pero el caso es que Protágoras lo demandó. De ese modo, si ganaba, cobraría, y si perdía, cobraría igual, pues Eulato habría ganado su primer caso. Eulato, en cambio, argumentaba que si ganaba no debía pagar, pues así había sido dictaminado en el juicio, y si perdía, tampoco, pues no habría ganado todavía su primer caso.


86. Para conseguir colegiarse como abogado, un estudiante tenía que estudiar, residir y comer una serie reglamentada de comidas en uno de los barrios judiciales medievales de la ciudad de Londres (conocidos como Inns of Court) como, por ejemplo, Temple o Gray’s Inn. (N. del T.)

Sobre el traductor


Joan Eloi Roca es traductor y editor. Es licenciado en Derecho y Humanidades, con posgrados en Edición en el IDEC y en la Universidad de Stanford. En su trayectoria profesional ha trabajado para Tusquets Editores, Círculo de Lectores, Plaza y Janés, Random House Mondadori, Dom Quixote, Ediciones del Bronce y Editorial Planeta, donde fue director editorial de Planeta No Ficción. Además, es autor de la novela El primer templo, publicada por Editorial Viceversa (2009) y colabora con la revista National Geographic Historia.

Desde 2002, ha traducido más de cuarenta obras al castellano, entre las que se encuentran ¿Por qué manda Occidente… por ahora?, de Ian Morris; Constantinopla 1453, de Roger Crowley; El mar interior y Leviatán o la ballena, de Philip Hoare; Dinastía, de Tom Holland; Cuatro príncipes, de John Julius Norwich; y Los 13 relojes, de James Thurber, entre otros.

Prefacio*


Mi hija me pide un prefacio a los volúmenes siguientes. Es perdonable la debilidad de buscar la protección paterna, pero lo cierto es que el público juzga todas las obras no por el sexo, sino por el mérito del autor.

Lo que sentimos, vemos, oímos, y leemos afecta nuestra conducta desde nuestro nacimiento hasta el día en que formulamos nuestro último pensamiento. Por lo tanto, la intención de mi hija en todos sus escritos no ha sido otra que promover la causa de la educación desde la cuna hasta la tumba.

Las anteriores obras de la señorita Edgeworth han consistido en cuentos para niños —historias para muchachos y muchachas— y en relatos destinados a la gran masa que no frecuenta los círculos más a la moda. Los presentes textos pretenden señalar algunos de los errores a los que es más propensa la alta de la sociedad.

Todas las partes de esta serie de ficciones morales versan sobre los defectos y virtudes de las diversas edades y clases; y todos proceden de la visión de la sociedad que ya hemos expuesto al público en volúmenes más didácticos sobre la educación. En El ayudante de los padres,* Cuentos con moraleja* y Cuentos populares,* la intención de mi hija era ejemplificar los principios que se habían formulado en Educación práctica.* En estos volúmenes, y en otros que los seguirán, su intención es difundir, de una forma popular, algunas de las ideas que se desarrollan en los Ensayos sobre educación profesional.*

El primero de estos relatos se llama:

Ennui. Las causas, síntomas y cura de esta dolencia están ejemplificados, según espero, de tal manera que el remedio no es peor que la enfermedad. Thiebauld* nos dice que en la Academia de Berlín se leyó un ensayo sobre el ennui* tan aburrido que durmió a todos los jueces que debían otorgar el premio.

El cobrador está concebido como una lección contra la tan extendida insensatez de creer que un deudor puede, mediante unas pocas frases trilladas, alterar la naturaleza del bien y el mal. Consideramos durante un tiempo dar a estos libros el título de Relatos a la moda. Pero ¡ay!, El cobrador nunca será plato de gusto para los lectores a la última.

La manipulación es un vicio al que recurren los pequeños entre los grandes para mostrar aquellas habilidades en las que no destacan. Las intrigas amorosas en el continente a menudo llevan a intrigas políticas. Los intentos de introducir entre nosotros estas costumbres modernas no han tenido, de momento, éxito, pero hay algunos que, sin embargo, muestran en todo lo que dicen o hacen una predilección por «la sabiduría de la mano izquierda». Es nuestra intención que la figura que aquí presentamos de un manipulador no resulte atractiva a los lectores.

Almería ofrece una panorámica de las consecuencias que tiene confiar en los dones de la fortuna en lugar de en el mérito, y muestra la maldad de aquellos imitan los modales y frecuentan la compañía de los que están por encima de ellos en la sociedad.

La diferencia de rango ha sido siempre un acicate para la loable emulación, pero aquellos que consideran que ser admitidos en ciertos círculos de la sociedad es el súmmum de la dicha y la ascensión, descubrirán aquí el desencanto y tremendo castigo en el que acaban tales ambiciones. 

Si se me permite añadir unas palabras sobre la forma en que la señorita Edgeworth trata al público, debo decir que la indulgencia con la que fueron recibidos sus escritos no la ha vuelto descuidada ni vanidosa. Las fechas que acompañan a estas historias demuestran que no se han impuesto apresuradamente al lector.


Richard Lovell Edgeworth

Edgeworthstown, marzo de 1809



Tutta la gente in lieta fronte udiva

Le graziose e finte istorielle,

Ed i difetti altrui tosto scopriva

Ciascuno, e non i proprj espressi in quelle;

O se de’ proprj sospettava, ignoti

Credeali a ciascun altro; e a se sol noti.*

Capítulo 1


Cennui?