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40 amigos de Pasqual Maragall evocan 40 momentos inolvidables
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ContenidoPrólogo 9Josep Miquel Abad 13Lolita Banchs 19Luis Bassat 23Jordi Basté 29Carles Bosch 35Carmen Cervera 41Joan Clos 45Anna M. Duocastella Figuera Pilar Duocastella Selvas 51Odón Elorza 57Xerardo Estévez 61Jordi Évole 67Isidro Fainé 73Paz Flores 77Beth Galí 81Joan Ganyet 87José Antonio García-Durán 93Frank González 99Marta Grabulosa 105Manuel Huerga 111Edurne Iturmendi 117Elisabeth Maragall 123Roser Mar129Javier Mariscal 135Mayte Martín 141Federico Mayor Zaragoza 147Eduardo Mendoza 153Custodia Moreno 159Queco Novell 163Margarita Obiols 169Julia Otero 173Lluís Pasqual 179Sílvia Pérez Cruz 185Ricardo Rodrigo 191Richard Rogers 197Francesco Rutelli 203Narcís Serra 209Mercè Solernou 215Mònica Terribas 221Montserrat Tura 227Àngela Vinent 233Su Majestad la Reina Doña Sofía 238
RECUERDOS 9PrólogoLosperiodistasreunidosaquelbadoporlamañanaenlasalamodernistadel Hospital de SantPau contenían larespiración. Pasqual Maragall acababadeanunciarquelehabíandiagnosticadounprincipiodeAlzheimer.Lanoticiasumió lasalaen el más profundo de los silencios. En unas horas el país ente-ro quedóconmocionado,incrédulo yentristecido anteladifusióndelanoticia.Era el 20 de octubre de 2007.Yo fui uno de tantos que se quedaron helados ante el televisoral oírlos titula-res del día. «Quiero ayudaraderrotarestaenfermedad trabajando en un pro-yecto científico. Lo haré personalmente yacompañado portodos aquellos quequieran ypuedan ayudaren lamedidade sus posibilidades económicas ocientíficas», fueron sus palabras. «Qué malajugada, ¡no hayderecho!», pensé en aquel momento, «pero también qué gran oportunidad paralainvestiga-c.EstabasegurodequePasqualno se quedaaquietoy, apesardel infor-tunio del diagnóstico, sabríarevertirlaadversidad en beneficio de lasociedad.Llevabados años como directordel Parque de Investigación BiomédicadeBarcelonaynuncahabríaimaginado que, cinco meses después, estaríadirec-tamente implicado en el reto que acababade plantearPasqual Maragall. Des-pués de muchos encuentros yde mucho pensar, en abril de 2008 se constitu-yó formalmente laFundación Pasqual Maragall, ytuve el gran privilegio deasumirsu dirección. Gracias asu incansable optimismo yasu caráctervisio-nario, Pasqual Maragall creyó que un futuro sin Alzheimereraposible, aunque
10 RECUERDOSél no se pudierabeneficiarde ello. «No estáescrito en ningún lugarque estaenfermedad seainvencible», fue el mantrainicial de laFundación. Eraunafrase sacadade su declaración públicameses antes. Diez años después, aquel mantrasigue todavíaomnipresente ymantiene intactas lafuerzaylavigenciadel primer día.Los primeros años fueron trepidantes. Con DianaGarrigosayPasqual Mara-gall siempre tuvimos claro que trabajaríamos parahaceravanzarel diagnós-tico precoz ylaprevención de laenfermedad de Alzheimer. El reto eradefinirun proyecto científico innovadoryambicioso, capaz de aportarsoluciones sin fronteras. En definitiva, un proyecto científico que estuvieraalaalturayen-cajaracon el carácterylamanerade hacerde Pasqual. Sin solución de conti-nuidad enlazábamos reuniones paradaraconocerlaFundación ysumarlos primeros apoyos. Nos gustadecir, recordando aquellaépoca, que visitamostodas las empresas del Ibex35 yque Pasqual yDianaencabezaron aquellasvisitas. Pero eso ocurríacuando lacrisis económicaentrabaen su peorfase yel PIB español se desplomaba. No fue, pues, un periodo fácil, apesarde quesiempre recordaremos esaetapa, con viajes, encuentros ymomentos irrepe-tibles.Unasquinceempresasconaronenel proyectoynos ayudaronaarran-car. Algunas siguen apoyando actualmente nuestra tarea.Lainvestigación en laenfermedad de Alzheimeres el pilarcentral de laFun-dación Pasqual Maragall. Unainvestigación que havivido, en estas últimasdécadas, un cambio de paradigma, al constatarse laexistenciade unafasepreclínicaque empiezade formasilenciosaentre quince yveinte años antesde que se manifiesten los primeros síntomas clínicos. Estaconstatación noshallevado aenfocarel proyecto científico en el ámbito de laprevención de laenfermedad. Alo largo de estos años, hemos ido adquiriendo lafirme convicción de queprimeroconseguiremosprevenirlaaparición delaetapaclínicadel Alzheimerantes de curaralas personas afectadas que yahan entrado en lafase de demencia. Las instalaciones ylos estudios que llevamos acabo en nuestrocentro de investigación, el BarcelonaßetaBrain Research Center, nos permiten
RECUERDOS 11actualmente serreferentes en este ámbito ynos sitúan al frente de lainvesti-gación mundial de la prevención de esta enfermedad. Lainvestigacn quedesarrollamos noseríaposible sin el acompañamientode un colectivo muyespecial yesencial. Unacompañíagenerosaycomprome-tida.Unacompañíavital.Mereeroalaspersonasque,deformaaltruistayvoluntaria, participan en nuestros estudios científicos. En 2012, gracias al fir-me apoyo de laFundación Bancaria“laCaixa, pusimos en marchael Estudio Alfa, uno de los más complejos ycon un mayornúmero de participantes que existen en el mundodedicadosaladetección precozylaprevención del Al-zheimer. Lagran respuestaciudadanaque recibimos, con más de seis milpersonas interesadas en participar, batió todas nuestras expectativas. Este hasido sin dudauno de los momentos clave de nuestra, todavíabreve, historia. En laactualidad, en el Estudio Alfaparticipan, voluntariamente, más de dosmil setecientas personas sanas, que periódicamente realizan pruebas médicas.Conestainformación,estamos obteniendodatosquenosayudan aconocermejorcómo comienzaycómo progresalaenfermedad. Estamos estudiandolos biomarcadores yfactores de riesgo que podrían incidiren su aparición yyahemos iniciado los ensayos de nuevos fármacos preventivos en el marco deproyectos internacionales.Noobstante,mientraslaenfermedadnocuenteconsolucionesefectivas,laproblemáticaque viven las familias afectadas seguirá. Poreso impulsamostambién un programade apoyo alos cuidadores, orientado afacilitarsu díaadía y mejorar su calidad de vida. Como he comentado antes, laFundación es coetáneade laprofundacrisiseconómicaque hemosvividoen estaúltimadécada. Parahacerle frente,hemostenido que buscarfuentes de financiación alternativas ycomplementarias. Así,pues, si los voluntarios son el almade nuestros proyectos de investigación, lossocios se han convertido en nuestro motor. No dejade seralgo inusual en elámbito de lacienciaque miles de personas apoyen proyectos mediante peque-ñas aportaciones mensuales. Estaes unade nuestras mayores fortalezas y, alavez, unagran responsabilidad. Nos emocionacontarcon todo este apoyo y
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12 RECUERDOSsomos conscientes del esfuerzo que supone, en los tiempos que corren, sucontribución regular. Pero quedamucho camino porrecorrerysolo podremostransitarlosimáspersonasymásempresas,entidades einstituciones decidenacompañarnos. Los aniversarios invitan ahacerbalance. Invitan aecharlavistaatrás yhacerunareexióncríticadelasaspiracionesiniciales,elcaminorecorrido,losobs-táculos encontrados, las decisiones tomadas ylos logros. Repasando estos diezaños, nuestro cómputo no puede ser más positivo. YparaconmemorarestaprimeradécadadetrabajolaFundación publicaeste libro. No haymejormanerade conocerun poco más aPasqual Maragall que através de las voces de algunos de los que han compartido con él momentos yvivencias. Tenéis en vuestras manos un libro de memorias, de anécdotas, debuenos momentos. Unarecopilación de historias que nos sumergen en el ca-rácterúnico yexcepcional de un personaje admirado yquerido. Cuarentare-cuerdosdecuarentaamigos,tambndelaFundación,alosque agradecemossinceramente su respuestacordial yentusiasta. Unos relatos que exhalan agra-decimiento, reconocimiento, respeto y cariño sinceros. Gracias, Pasqual, por tanto.Jordi CamíDirector de la Fundación Pasqual MaragallJordi Camí y Pasqual Maragall en el metro de Nueva York en 2008. La visita, para promocionar la Fundación en Estados Unidos, coincidió con la campaña de las elecciones presidenciales y Maragall luce en la solapa una chapa de apoyo a Barack Obama, que acabó convertido en presidente.
JOSEPMIQUELABAD13Josep Miquel AbadConsejero delegado del Comité Olímpico Organizador de Barcelona 92El éxito de los Juegos Olímpicos es atribuible amuchas personas, pero hubo trespilares: Pasqual Maragall, Juan Antonio Samaranch yJosep Miquel Abad. Militan-te del PSUC yaparejadorde formación, Abad (Valladolid, 1946) conoció aMaragallcuandollegóal Ayuntamientode Barcelonayfuenombrado tenientede alcaldede Urbanismo. En un despacho cercano estabaMaragall. «Eramuytrabajador,comprometido, astuto… Pero poco comunicativo. No parecíafácil relacionarse conél», recuerdaAbad. Esaerasu percepción, hastaque Narcís Serrafue nombradoministro de Defensayle sustituyó Maragall. «Entonces afloró el genuino Maragall:comunicativo, brillante, cordial, una persona de extraordinaria calidez». Abad fue teniente de alcalde hastalanoche de Reyes de 1981. Coincidieron dosmomentos trascendentales ese día. Él erael reyrubio de lacabalgatayen elcongreso del PSUC se disputabael poderentre prosoviéticos yeurocomunis-tas.Hacerdereyseráunadelasemocionesmásgrandesdetuvida,ledijeron.«Yesverdad. En losojos de un niño ves queloque él estáviendo es aun reymago. Esos ojos no engañan». Al final del recorrido, aún sobre lacarroza, seacercó un compañero: hemos perdido. Los prosoviéticos habían triunfado yAbad anunció su dimisión. Cuando yahabíainiciado los trámites paravolvera la actividad privada, Maragall le propuso ser director de la Fira.
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14 RECUERDOSEl 15 de julio del 85 entró unallamadaporel teléfono rojo de su despacho.«Parece unabroma, pero habíaun teléfono rojo». EraMaragall. «Ven». «¿Cuán-do?». «Ahora». «Vale, acabo unacosayvoy». «No, ven ahoramismo». «Esos díasSamaranchinsistíaenquelacandidaturaolímpicanoibabien.Maragallmedijo: «Hemos hablado con Pujol, con Felipe González ycon el Rey. Queremos que seas tú quien tire de lacandidatura». Creíaque eraalgo provisional, pero no fue así. Abad fue nombrado consejero delegado del Comité Olímpico Or-ganizadorde Barcelona92 (COOB) yse convirtió en lapersonade mayorcon-fianzade Maragall. «El mejoralcalde del que podamos tenermemoria», dice. Yno se refiere únicamente al legado de latransformación de laciudad, sino ala huella anímica que logró imprimir.Nada más conocerse la designación olímpica en Lausana, Pasqual Maragall fue a buscar al consejero delegado del COOB, Josep Miquel Abad, para fundirse en un gran abrazo rodeados por los representantes de la candidatura.
JOSEPMIQUELABAD15Maragall en cuatro instantesUna cura de humildad El peormomento de lacandidaturaolímpicafue lainauguración del estadiode Montjuïc, en septiembre del 89. Un triunfo absoluto de laleyde Murphy.Pasó casi todo lo malo que podíapasar. Llovió torrencialmente sobre un esta-dio que no estabaacabado ydurante lainauguración, nadamenos, de un cam-peonato del mundo de atletismo. El Reyllegó tarde. Lapitadaasu llegadayal himno fue monumental… Cuando acabó laceremonia, Pasqual yyo nos que-damos solos en latribuna,empapados.Yomirandofijamentelabalsade aguaen que se habíaconvertido el estadio. Pasqual me pasó el brazo porlos hom-bros y me dijo: «Josep Miquel, la hemos cagado».Un miembro del COI que vio nuestradecepción nos aconsejó: «Tenéis quelevantarel ánimo. Mañanaos crucificarán. Pero tenéis que aguantar, porquepasará. Habéis tenido lagran suerte de que hayaocurrido tres años antes delos Juegos». Yteníarazón. Aquello nos despertó. Hastaentonces creíamosque éramos infalibles. Pero estábamos equivocados. Aveces me pregunto:¿hubierasido mejorque no hubierapasado? Yme respondo: pues no estoytan seguro.
16 RECUERDOSLa presión de SamaranchLafrase que le he escuchado repetirmás veces aJuan Antonio Samaranch fuelade «Esto no va». Cadavez que el presidente del COI visitabaBarcelonalarepeayyoagarrabaunoscabreosmonumentales. Le poael plandirectorsobre la mesa y le soltaba: «A ver, ¿qué es lo que no va?».Samaranch pidió mi cabezados veces. Pero yo creo que no eratanto él sino uncierto entorno que se lareclamaba. Un entorno que creíaque ibaahacerne-gocios a costa de los Juegos Olímpicos y que vio frustradas sus ambiciones.Samaranch fue dos veces averaFelipe González parapedirle mi cese. Lapri-meravez, Maragall se le adelantó. «Si te pide lacabezade Abad, tendrás tam-bién lamía. Entre Abad yyo no cabe nadie». Así que Felipe le dijo aSamaranch:«Tienes problemas con el consejero delegado. Hablacon su jefe». Parece que no acabó de captarel mensaje claramente, porque insistió unavez más. Estavez, larespuestade Felipe González fue menos sutil: «Si quieres lacabezade Abad, convence a Maragall». Ya no volvió a insistir. Tras los Juegos, Samaranch yyo mantuvimos unaexcelente relación. Yhe de decirque no perdíaoportunidad de elogiarme, aunque el acto en que interve-nía no tuviera nada que ver con los Juegos Olímpicos.Un mocasín negro y otro marrónSon incontables las vivencias que hemos pasado juntos Maragall yyo, peropararecordarcon humorcómo es, hayun díainolvidable. Íbamos alainau-guración de laExpo de Sevilla. En el aeropuerto esperábamos Ramon Boixa-dós, consejero delegado de las obras olímpicas, yyo. Maragall llegabatarde,como sucedíaamenudo. Hacíarato que el pasaje esperabadentro de un aviónrepleto. Los pilotos estaban nerviosos yno dejaban de reclamarque les per-mitieran despegarYen esas que llegó Maragall. Llevabael cabello aún mo-
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JOSEPMIQUELABAD17jado. Estabamuytranquilo: «No estaríais preocupados, ¿no?». Pusimos carade circunstancias ynos apresurábamos aembarcarcuando de repente se es-cuchó lavoz potente de Boixadós: «Alcalde, ¿te has visto los pies?». Maragall, desconcertado, miró haciaabajo yse quedó mudo. Llevabaun mocasín negro yotro marrón. Pero no se inmutó. Se giró haciael jefe de protocolo: «¿Qué piecalza. «El 42». «Puesfantástico. Cámbieme los zapatos». El jefedeprotocolo,azorado, se los entregó ysolo atinó adecir: «Pero, peroyo también voyaSevilla…». Así que Maragall miró los pies del escoltayle preguntó: «¿Usted quénúmero calza…?». Finalmente, subimos al avión yen plenovuelo escuchamosun ruido. Dirigimos lamiradahaciaMaragall yvimos que se habíatirado elcafé porencima. Nos llevamos las manos alacabeza, pero de nuevo se escuchólavoz profundade Boixadós: «Alcalde, si crees que te vamos adejarlos pan-talones, estás muy equivocado».Juan Antonio Samaranch, Pasqual Maragall y Josep Miquel Abad en una visita a las obras del estadio olímpico.
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18 RECUERDOSEl abrazo de LausanaEl 17 de octubre de 1986, en Lausana, yo estabasentado en segundafila. Cuan-doSamaranch leyó elnombre deBarcelona,Pasqual quedó rodeado porunmontón de gente. Yo me quedé donde estaba. Pero Pasqual se abrió paso yvinoaabrazarme. No nos salían las palabras. Nos pusimos allorar. Que en aquelmomento de euforiadijera: «¿Dónde estáese tío?», eso es inolvidable. Esodemuestra que Pasqual es Pasqual.
LOLITABANCHS19Lolita BanchsVecina de Rupià, amiga de Pasqual Maragall y Diana GarrigosaEl padre de LolitaBanchs salíatemprano porlamañanaapasearel perro porlas calles de Rupià. Eralo primero que veíaPasqual Maragall cuando se aso-mabaalaventana: «en Sueco» yXusqui. Maragall decíaque formaban partedel paisaje. El apodo del padre de LolitaBanchs eraen realidad «Zueco», por-que fabricabaese tipo de calzado, pero el acento del surde los guardias civilesde Pals, donde vivía, transformaron la zeta en ese. Maragall llegó aRupiàamediados de los años setenta. En NuevaYorkhabíaconocido aLluís Argemí, cuyafamiliateníavarias fincas porel EmporyMaragall le pidió consejo porque queríacompraralgo porlazona. Fue él quienle recomendó Rupià. En realidad, Maragall se enamoró de Rupiàantes dellegar. Veníaen coche desde Girona, yunos kilómetros antes hayun cambiode rasante muypronunciado. Cuando se llegaalaparte superiorse apreciaentodo su esplendorel llano del Emporyalláal fondo, las Medes yel Montgrí. Compraron unacasade payés muymodesta, conocidacomo laatalaia, yem-pezaron afrecuentarel pueblo. LolitaBanchs ysu marido, Jordi Vicens, teníanunapequeñatiendadonde vendían de todo, desde agujas de coserhastaes-pardenyesydonde también vendían periódicos. De modo que Maragall yDia-
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20 RECUERDOSnaGarrigosapasaban amenudo porallí ycharlaban con LolitayJordi. Mara-gall no eraentonces un personaje conocido yaLolitarecuerdaahora, asus ochentaysiete años— le gustó su coherencia, laclaridad de sus ideas. YaMaragall le gustó lafranquezade Lolita, lo que elladefine como «decirlaver-dad, escuchar a la gente de la calle y explicarlo». Fue en lo alto de laatalaiadonde LolitaBanchs vio ondearporprimeravezunasenyera. Fue un Onze deSetembre yaquello le costó alafamiliaMara-gall-Garrigosalavisitade laGuardiaCivil. Aquel día, Lolitaescribió unos ro-dolinsdedicados aeste acontecimiento. Laamistad fue consolidándose con el pasodelosañosyaúnhoy,encuantollegaaRupià,porquienprimeropre-gunta Maragall es por Lolita.Pasqual Maragall y Diana Garrigosa con Lolita Banchs y Jordi Vicens (de espaldas) en una calle de Rupià. Jordi Vicens y Maragall en la tienda que la familia Vicens-Banchs tenía en Rupià.
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LOLITABANCHS 21Unos «rodolins» y una dedicatoriaEl díaenque laGuardiaCivil subalacasade Pasqual Maragall yDianaGarri-gosaporque habían colocado unasenyera, LolitaBanchs escribió unos rodolins (pareados), que aún hoyrecitade memoria. Unade las palabras propias de lazonausadas porLolitaBanchs constaen un actadel Ayuntamiento de Barce-lona porque Pasqual Maragall dijo durante un pleno que la elocuencia no de-bía confundirse con la barbagàlia. Quan els anys setanta en Pasqual Maragall va arribar a Rupià aquell Onze de Setembre una senyera a latalaia vam veure voleiari la Guàrdia Civil corrents hi va pujar.Lendemà amb bicicleta, un pantaló vermell i un cabell esperrucat, aquell noi de la senyera pel carrer s’ha passejat, i encara entre despistat i encuriosit,en caçador de paraules s’ha convertit. I allà amb una llibreta, de la gent de l’Empordà,totes les paraules ens va copiar. Que en Guerra era un barbagàlia un dia li vaig comentari a riure va esclatar. Aquesta paraula mai l’havia sentit,però tractant-se den Guerra ho va entendre de seguit.
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22 RECUERDOSLolitaBanchsyJordiVicenscerraronlatiendaen1998yRupiàorganizóunagran fiestade despedidaalaque Pasqual Maragall yDianaGarrigosano pu-dieron asistirporque estaban en Roma. Pero en cuanto regresaron aRupià,quisieron dejarsu recuerdo en el libro de dedicatorias. Esto es lo que escribió Maragall de su puño y letra:Amisses dites, també nosaltres, que éremaRomaeldiaque veuplegar, ens afe-gimals ciutadans de Rupiàque us vanferlafesta. Us lamereixeu. I milfestesmés. Jafa22 o 23 anys que ens vauacolliraquíquanvamdescobrirunindretentre les Gavarres ielCanigó iamb les Medes recte alnas. Des daquelldiasem-pre més he buscat enelcomentaride laLolitalaveritat delpensament de lagentdelpaís, ienlopinió delJordilacertesade no equivocar-me. Peres ipomes, pe-gamento Imedio icapses de mistos, comentaris iopinions, aCalaLolitaienJordi venen de tot i et regalen amistat de franc. Petons. Pasqual i Diana. «Cuando enlos años setentaPasqualMaragallllegóaRupià/aquelOnzede Setem-bre unasenyeraenlaatalaiavimos ondear/ y laGuardiaCivilde inmediato subió allá. / Aldíasiguiente, enbicicleta, conunpantalónrojo y unpelo enmarañado /aqueljovende lasenyeraporlas calles se hapaseado / y entre curioso y despistado, /encazadorde palabras se haconvertido. / Yallí, enunalibreta, de lagente de l’Em-pordà, / todas las palabras hacopiado. / Que Guerraeraunbarbagàliaundíalecomenté / y enrisas estalló. / Estapalabranuncaantes lahabíaoído / pero tratán-dose de Guerra, de inmediato la ha entendido».«Amisas dichas, tambiénnosotros, que estábamos enRomaeldíaque cerrasteis,nos sumamos alos ciudadanos de Rupiàque os organizaronlafiesta. Os lamerecéis.Ymilfiestas más. Yahace 22 o 23 años que nos acogisteis aquícuando descubrimos este rincónentre las Gavarres y elCanigó, conlas Medes justo delante de lanariz.Desde aqueldíasiempre he buscado enelcomentario de Lolitalaverdaddelpensa-miento de lagente delpaís, y enlaopiniónde Jordilacertezade no equivocarme.Manzanas y peras, pegamento Imedio y cajas de cerillas, comentarios y opiniones, enlacasade Lolitay Jordivendende todo y te regalanamistad. Besos. PasqualyDiana».
LUISBASSAT23Luis Bassat PublicistaEn 1983 Pasqual Maragall afrontalas primeras elecciones municipales. Elequipodecampañaseleccionatresagenciasdepublicidad,entreellas,Bassat,Ogilvy& Mather, que resultaserde Luis Bassat(Barcelona, 1941), un antiguocompañerode laescuelaVirtelia, firme adversario en los partidos de ping-pong. «Pasqual, en Ogilvynos comprometemos ano organizarcampañaspolíticas, pero si me convences de que vas aserel mejoralcalde de Barcelona,yo te laharé después de mi jornadalaboral». Según Bassat, el aspirante aalcalde teníamuyclarasu visión del cambio en Barcelona, unaciudad olím-picaymetropolitana,abiertaalmar,conbuenascomunicaciones.«Medejóimpresionado con sus planes. Habíapensado incluso en abrirunacalle en elbarrio chino paraque entraralaluz yel aire». Como unaramblaen el Raval.Cadanoche se juntabael equipo de campaña: el candidato, DianaGarrigosa,un amigo cercano, Joan Torres —alasazón coordinadorde Transportes delAyuntamiento— yBassat.Eldeseocolectivodecambiopolíticoenelpaísbeneciabaaesecandidatojoven, culto, reformista. «Como también teníaque serconfiable planificamos unacampañabasadaen sus promesas con su firma». El retrato oficial delfuturo alcalde debíacorresponderse aesaimagen frescaque los ciudadanos
24 RECUERDOSesperaban. En los carteles apareció un sonriente aspirante, con laamericanadel traje sobre el hombro, ylaciudad detrás. «Lacorbatade lafotografíatiene unahistoria:fuimosaveraMaragallal albaparagarantizarlacalidad de laluzen el retrato. Bajó con un traje verde impredecible, difícil de combinar. “Pas-qual”, le advertí, “mejorsi cambiamos lacorbata. Me miró sorprendido consusojosrasgados.Recordéqueenelcolegiolellamábamoselchino.¿Quépasa, no te gustaesta?”, respondió sin vanidad. Entonces, le pidió aDiana“laotra corbata. Al final, esperamos a que las tiendas abrieran». Luis Bassatfundó unade las agencias de publicidad más importantes de Es-pañaque, tras fusionarse con el Grupo Ogilvy, alcanzó los seiscientos cincuen-taempleados.Haganadoinnumerablespremios yobtuvo laMedallade Orode Barcelonaporlaorganización de las ceremonias olímpicas. Es autorprolí-fico yentre su obradestacaEllibro rojo de lapublicidady Ellibro rojo de las marcas.
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LUISBASSAT 25El mejor anuncio de la ciudadEn laceremoniade inauguración de los Juegos Olímpicos, momentos despuésde que laflechaencendidadel arquero trazaraunabellísimacurvaen el aire yencendierael pebetero, unapequeñavarade luz fosforescente salió dispa-radadel palco presidencial paracaercon intención en las gradas próximas.Recorrió unadistanciadiscreta. Apenas nadie se apercibió del lanzamiento.No obstante, tuvo gran valor simbólico para el lanzador y el receptor. Yo estabasentado debajo del palco presidencial. Laceremoniaibabien, perofaltabael momento mágico de lanoche. Muchísimas cosas podían fallaryarruinartodo lo que nos jugábamos en esas tres horas. Contuve larespira-ción en el momento en que Epi salió corriendo con lallamaolímpica. Milesde varitas de luces blancas yazules bailaban en las manos de los especta-dores formando unasuerte de firmamento de estrellas. Antonio Rebollo, elatletaparalímpicoencargadodelanzarlaechasegiró,tensóelarcoylalanzó. Podíasentirel silencio contenido del estadio. Paramí, no solo eraemoción. También eran nervios. Yo erael responsable de laceremonia, delencargo que me hizo el alcalde de Barcelona, yese erael momento cumbre.Cuando el pebetero se inflamó yel público estalló en júbilo, Pasqual Mara-gall me buscó con lamirada. Sin pensarlo dos veces me lanzó su varitafluorescente que, como unaflechafugaz, atravesó el aire yllegó ami mano.
Bassat y Maragall en 1996, durante el piromusical conmemorativo del décimo aniversario de la nominación olímpica de Barcelona.
26 RECUERDOSFue su manerade compartirlacomplicidad en el entusiasmo. ¡Lo habíamoslogrado!No fue fácil llegaralatarde del 25 de julio de 1992. Tras ladesignación de los Juegos Olímpicos alaciudad, Maragall me pidió que me presentaraal concur-so de laceremoniade apertura. Yo le dije que amí me parecían un horrorestetipodecelebraciones.Acambio,leofrecíhacerunacampañadepublicidad.«No», atajó mi argumentación. «La ceremonia será el spot de la ciudad». Me puse en marcha. Desde Bassat, Ogilvy& Matherescribimos alas 256 oficinasdelmundoparaque noscontaranquédestacabandeBarcelona,CataluñayEspaña. Serían el espejo de nuestraimagen internacional. Quedamos desoladoscon las respuestas. Aexcepción de Francia, ItaliayPortugal que conocían algomás de nuestracultura, nadie sabíanadade Barcelona. Pero el desconocimien-to sobre laciudad no eramejorque sus falsas creencias sobre España, quedescribían como un país de sol yplaya, mujeres guapas, vino barato yfiestas detoros. Nos marcamos el objetivo de dar la vuelta a estos estereotipos.Anotamosminuciosamentetodosloscomentariosnegativos.¿Quemenospre-ciaban el flamenco? Ladirectoradel BalletNacional CristinaHoyos los des-lumbraríacon un espléndido espectáculo (yentró en el estadio cabalgando alomos de un corcel negro). ¿Que se nos teníaporimpuntuales? Laceremoniaempezaríaexactamente alas ocho en punto según los tres relojes atómicosexistentes en el mundo. Los locutores de las televisiones extranjeras fueroninformados deque justo 25 segundosantessonarían 25cañonazosen Montjuïc,en homenaje acadaolimpiadacelebrada. Esaprecisión seríaconstataciónaormalidad con laa. fin, on es de tr. ¡estuvimos punto perelé alg. Días antes de que el jurdecidierlaenciaanadoresenté en casaarallcartaaao abrió el alcalde mevitó aare leeren oz altaxtoTagué a. «Queridoasqual: el martes se tomaimportante decisión. Nein