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Klaus Zimmermann y Thomas Stolz (eds.)

Lo propio y lo ajeno en las lenguas
austronésicas y amerindias

Procesos interculturales en el contacto
de lenguas indígenas con el español
en el Pacífico e Hispanoamérica

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Lengua y Sociedad en el Mundo Hispánico
Language and Society in the Hispanic World

Editado por / Edited by

Julio Calvo Pérez (Universitat de València)

Luis Fernando Lara (El Colegio de México)

Matthias Perl (Universität Mainz)

Armin Schwegler (University of California, Irvine)

Klaus Zimmermann (Universität Brement)

Vol. 8

Klaus Zimmermann y Thomas Stolz (eds.)

Lo propio y lo ajeno en las lenguas
austronésicas y amerindias

Procesos interculturales en el contacto
de lenguas indígenas con el español
en el Pacífico e Hispanoamérica

Vervuert • Iberoamericana • 2001

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Impreso con la ayuda de la Universidad de Bremen

Reservados todos los derechos

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ISBN 84-8489-036-8 (Iberoamericana)

ISBN 3-89354-378-3 (Vervuert)

Depósito Legal: SE-3366-2001

Cubierta: Michael Ackermann

Fotografía de cubierta: Adrian Boot, Puerto de Acapulco, siglo XVII

Composición: Anna Sabater Fuentes

Impreso en España por: Publidisa (Sevilla) www.publidisa.com

Este libro está impreso íntegramente en papel ecológico sin cloro

ÍNDICE

Prólogo

Klaus Zimmermann/Thomas Stolz:

Procesos interculturales e hispanización en el contacto de lenguas en el Pacífico e Hispanoamérica

I. Aspectos generales

Klaus Zimmermann:

Interculturalidad y contacto de lenguas: condiciones de la influencia mutua de las lenguas amerindias con el español

Christel Stolz/Thomas Stolz:

Hispanicised Comparative Constructions in Indigenous Languages of Austronesia and the Americas

II. Estudios sobre los contactos de lenguas amerindias y el español en América

Pieter Muysken:

Spanish Grammatical Elements in Bolivian Quechua: The Transcripciones Quechuas Corpus

Julio Calvo Pérez:

Préstamos, calcos y paráfrasis del castellano al quechua: Mecanismos para su evaluación y adopción

Germán de Granda:

El español del noroeste argentino y su inserción en el área lingüística andina. Implicaciones metodológicas

Ewald Hekking:

Cambios gramaticales por el contacto entre el otomí y el español

Martina Schrader-Kniffki:

Algunos aspectos del papel de las palabras funcionales para y para que en el contacto de las lenguas zapoteca y española (México)

José Antonio Flores Farfán:

Spanish in the Nahuatl of the Balsas River Basin During the XXth Century: From Language Shift to Language Appropriation and Resistance

Francesc Ligorred Perramon:

La literatura maya-yukateka entre la creación poética propia y la expansión lingüística ajena

III. Estudios sobre los contactos de lenguas indígenas y el español en Austronesia

Angela Bartens:

El chabacano, un caso de relexificación del (proto-)criollo portugués

John U. Wolff:

The Influence of Spanish on Tagalog

Rafael Rodríguez-Ponga:

Los numerales hispano-chamorros

Paloma Albalá Hernández:

Voces indígenas americanas en las lenguas del Pacífico

Elizabeth Keating:

Spanish and the Missionization Effort on Pohnpei Language and Cultural Influences

Steven Roger Fischer:

Hispanicization in the Rapanui Language of Easter Island

Los autores

PRÓLOGO:

Procesos interculturales e hispanización en el contacto de lenguas en el Pacífico e Hispanoamérica

Klaus Zimmermann / Thomas Stolz

El presente libro reúne la mayoría de las ponencias del coloquio Lo propio y lo ajeno en las lenguas de Austronesia y Amerindia - Procesos interculturales en el contacto lingüístico alrededor del Pacífico, que tuvo lugar del 16 al 18 de abril de 1999 en Bremen, organizado por Klaus Zimmermann y Thomas Stolz. El coloquio tuvo la finalidad de llamar la atención del público especializado en un área de investigación, cuya relevancia para diferentes disciplinas como la lingüística, la filología y las ciencias sociales no había sido suficientemente considerada hasta entonces. Tomando como ejemplo la hispanización, o sea la influencia del español en las lenguas y culturas austronésicas y amerindias, se quiso analizar y discutir fenómenos como el préstamo, la transferencia, las imposiciones lingüísticas, la criollización, el language intertwining y la mezcla lingüística, no solamente como indicios de aculturación y transculturación, sino como factores de interculturalidad, entendida como un proceso diferenciado a nivel histórico y regional.

En general, los procesos de influencia lingüística son analizados por las respectivas disciplinas individuales (hispanística por un lado, lingüística antropológica por otro) solamente en una dirección. Pensamos que este ángulo de visión, marcado por las disciplinas individuales, no puede captar adecuadamente la complejidad del proceso de intercambio, por lo que proponemos un ángulo de visión que considere de manera constitutiva la interdependencia de la influencia mutua. Adicionalmente a este punto de vista, el coloquio quiso llamar la atención sobre otra confrontación más: la comparación de estos procesos de influencia mutua en diferentes regiones del antiguo reino colonial español, por un lado en Filipinas y Austronesia, y por el otro en Hispanoamérica.

En Austronesia y Filipinas, la influencia del español en las lenguas de la región fue muy fuerte, y la de las lenguas indígenas de la región en el español más bien débil. Además, la lengua española como lengua dominante ha sido sustituida por otras (el inglés) en el siglo XX.

La influencia del español en las lenguas indígenas y al revés, el de las lenguas indígenas en el español en Hispanoamérica, es vista hasta ahora por la comunidad científica de manera polémica. Aunque existen muchos trabajos de investigación sobre este tema, en la lingüística hispánica predomina el interés por la influencia de las lenguas indígenas en el español. La dirección contraria, la influencia del español en las lenguas indígenas, ha sido considerada de manera sistemática y con fundamento teórico muy tardíamente. Como en Hispanoamérica el contacto de las lenguas indígenas con el español perdura hasta hoy, tenemos aquí una situación histórica diferente a la austronésica. Esto ofrece la posibilidad ideal de comparar, y con esto hacer más generalizables los resultados obtenidos por la ya más avanzada investigación de la hispanización de lenguas autóctonas en Latinoamérica, esta situación con la de Filipinas y Austronesia. Como existe un número mucho mayor de trabajos sobre la influencia de las lenguas indígenas en el español, sobre cuyos supuestos metodológicos y apreciación, sin embargo, no existe consenso, el coloquio centró principalmente su atención en la menos considerada hispanización de las lenguas y culturas indígenas, incluyendo las lenguas criollas y un caso de la influencia contraria (español andino) a título de comparación.

Ni la lingüística austronésica ni la hispánica, y menos todavía la lingüística general de contacto, se ha preocupado de manera satisfactoria de los fenómenos de contacto lingüístico en las lenguas de esta región del Pacífico, las cuales sufrieron una hispanización por lo menos tan fuerte como las lenguas amerindias de México o de otros países latinoamericanos. Por eso, una de las finalidades del coloquio fue la compilación de investigaciones individuales hechas en varias partes del mundo sobre el tema, y la creación de un foro común para los investigadores.

Con la perspectiva doblemente comparativa, por un lado, entre las regiones del Pacífico y de Hispanoamérica, y por otro, entre los préstamos dentro de las lenguas indígenas y los préstamos dentro del español, ha sido posible para la investigación de procesos de contacto intercultural verificar un aspecto recíproco hasta ahora no considerado, que, sin embargo, tiene importancia para la lingüística de contacto. Hasta la fecha, los procesos de influencia sólo han sido mayoritariamente descritos como fenómenos de préstamo de manera aislada, esto es, enfocando una sola lengua – un hecho que nos priva de la posibilidad de percibir las diferencias en las condiciones sociohistóricas, los mecanismos modulares y los fenómenos recurrentes, los cuales permiten sacar conclusiones seguras sobre los procesos generales de influencia lingüística y sus bases dentro del contacto lingüístico.

Es importante que en el futuro no se hagan únicamente registros de fenómenos lingüísticos estructurales. No sólo el préstamo superficialmente visible debe ser entendido como un proceso de contacto. Los aspectos semánticos y pragmáticos de la interculturalidad también deben ser considerados, a los cuales han de añadirse las visiones del mundo inherentes a la lengua. Entendidos de esta manera, los conceptos de interculturalidad y comunicación intercultural, que hasta ahora casi no tuvieron importancia en la investigación de contactos lingüísticos, pueden contribuir a descubrir una dimensión adicional fructífera.

Actualmente, la discusión sobre la apreciación de los hispanismos gana creciente importancia político-cultural en los círculos indigenistas a ambos lados del Pacífico. Por un lado, los hispanismos integrados en mayor o menor grado en las respectivas lenguas indígenas son frecuentemente interpretados por los hablantes, especialmente en América Central, como símbolo de lo ajeno, y vistos por algunos sociolingüistas incluso como indicadores de la muerte incipiente de la lengua. Por otro lado, principalmente en Oceanía y Filipinas, estos indicadores son entendidos como parte integrante de lo propio, fundamentando así un tipo de hispanidad cultural heredada, la cual posibilita el establecimiento de una frontera simbólica con relación a lo nuevo y ajeno, en este caso a la cultura estadounidense representada por la lengua inglesa. Esta diferencia importante a nivel de psicología y política lingüística, que define el elemento hispánico en las lenguas de Amerindia y de Austronesia en un caso como algo ajeno, y en el otro como algo propio, tiene también gran relevancia para la sociolingüística, la investigación de políticas lingüísticas y las investigaciones sobre el desplazamiento y la amenaza de extinción de dichas lenguas.

A partir de las guerras de independencia, la especificidad del español en América –y sobre todo las influencias de las lenguas amerindias– tiene un papel importante en la constitución de la identidad mexicana, venezolana, colombiana etc., estableciendo una de las diferencias con España, la antigua metrópoli. Por esta razón, la dimensión de estas influencias aparentemente ha sido exagerada con frecuencia por partes interesadas. (Además, se sabe que, desde los planteamientos de Rufino José Cuervo, la pregunta de si el español se diversificará de manera similar como ocurrió con el latín ha sido motivo de discusión durante decenios, lo que en un futuro no muy distante dificultaría el entendimiento mutuo de las diferentes variedades nacionales entre los países hispanohablantes.)

No pretendimos situar el coloquio únicamente en el ámbito de la lingüística hispánica y de las lenguas amerindias y austronésicas, sino permitir a título de ejemplo el análisis de casos específicos, considerando ideas recientes de la lingüística de contacto sobre pidginización, criollización, mezcla lingüística y préstamo, para poder determinar si la hispanización de las lenguas austronésicas y amerindias encaja en uno o más de los tipos establecidos de contacto lingüístico, o si justifica el establecimiento de un tipo diferente y nuevo. El coloquio debería señalar hasta qué punto se puede establecer una correlación entre, por un lado, frecuencia y tipo de préstamo (patente versus latente, a nivel de léxico versus grámatica) y por el otro, la actitud de los hablantes frente a los hispanismos. La influencia de las lenguas indígenas en el español, al contrario, parece seguir más bien el tipo conocido de préstamo de léxico, lo que posiblemente relativizaría una perspectiva histórica.

En la ponencia introductoria, Klaus Zimmermann da una orientación teórica y programática para una consideración simultánea de los conceptos de interculturalidad, comunicación intercultural y contacto lingüístico, estableciendo la relación entre diferentes formas de interculturalidad (conflictiva versus tolerante) y las diversas consecuencias para el contacto lingüístico. En la segunda ponencia, Christel y Thomas Stolz, a partir de la comparación de estructuras lingüísticas de lenguas amerindias y austronésicas en varias regiones, demuestran la similitud de procesos de préstamo en tipos de lenguas completamente diferentes, deduciendo de esta observación importantes conocimientos teóricos sobre aspectos comunes del contacto lingüístico en el mundo hispánico. La función de estas dos ponencias en el coloquio fue también la de fijar un marco para la discusión y mostrar un panorama de la problemática.

Surgieron tres áreas temáticas, divididas por regiones. En la primera, que abarca la región andina, se discutió la influencia mutua entre el quechua y el español. Con relación a México, segunda área temática, fueron tratados cuatro escenarios importantes de contacto, el otomí-español, el náhuatl-español, el zapoteco-español y el maya-español. La tercera área temática regional trató de la herencia española en Austronesia, que hasta ahora se puede considerar la menos conocida por el público especializado.

Sobre el contacto lingüístico en la región andina hubo tres ponencias. Pieter Muysken analiza influencias españolas en un corpus del quechua boliviano establecido en los años sesenta. En esta variedad del quechua se encuentra la influencia más fuerte hasta ahora detectada. El autor muestra paradigmas selectivos, duplicaciones de elementos del español y del quechua y una reestructuración del sistema quechua. Julio Calvo, que está elaborando un diccionario del quechua, se concentra en los aspectos a nivel del léxico del contacto lingüístico. Presenta y clasifica los préstamos léxicos del español encontrados en el transcurso de este proyecto, y los cuestiona con relación a fenómenos como calcos y paráfrasis, discutiendo también aspectos de la elaboración de terminologías adaptadas al mundo occidental. Germán de Granda demuestra en su ponencia, que las descripciones existentes del español del noroeste de Argentina, procedentes de la lingüística hispánica, falsifican totalmente por razones de ideología científica la imagen de esta variedad, por no considerar las influencias del quechua en el español de esta región.

En la parte dedicada a México, Ewald Hekking compara influencias gramaticales del español en el otomí (en la lengua hablada) con la variedad española de los otomíes (lengua escrita), buscando posibles causas que determinan estos fenómenos de contacto lingüístico. Martina Schrader-Kniffki compagina un planteamiento de la lingüística de contacto con uno del análisis de discurso, y muestra que por la introducción del uso de la preposición española para y de la conjunción para que en el zapoteco constituye una nueva posibilidad de expresión argumentativa antes no existente en el zapoteco. José Antonio Flores Farfán ofrece un panorama general de factores socio-lingüísticos y de consecuencias del contacto lingüístico entre el náhuatl y el español en la región del Río Balsas (costa del Pacífico) de México.

Varias comunidades indígenas de Iberoamérica desarrollan actividades para proteger la propia cultura de la presión del español y generar una literatura escrita autóctona, lo que en México, en parte, recibe el apoyo del Estado, a través del otorgamiento de premios. Entre los mayas, esta producción está más desarrollada, además de vinculada a una conciencia étnica muy alta. Francesc Ligorred comenta la producción de talleres de literatura en Yucatán, apoyados por él mismo.

En la región de Austronesia tratamos situaciones bastante diferentes y hasta la fecha poco estudiadas. En Filipinas, se ha desarrollado, por un lado, una lengua criolla, el chabacano, que por cierto no surgió in situ, y cuya estructura es explicada por Angela Bartens; y por el otro, el español que ha influido en las lenguas indígenas de Filipinas, con consecuencias que son analizadas en detalle por John Wolff en el caso de los préstamos de léxico en el tagalo. La forma de los préstamos, como por ejemplo sufijos aplicados también a palabras del tagalo, le lleva a la conclusión de que no fueron los hablantes del español culto los que causaron estas influencias, sino un grupo bilingüe específico, que hablaba un español con influencias del tagalo.

Rafael Rodríguez-Ponga presenta un aspecto claramente estructurado de la influencia del español en el chamorro de la isla de Guam. Se trata del sistema numeral en todas sus facetas, a partir del cual discute la cuestión de la posición del chamorro entre lengua criolla y mezcla lingüística. Carmen Paloma Hernández-Albalá ofrece una relación, en varias lenguas indígenas de Austronesia, de indoamericanismos, que entraron en cantidad significativa en estas lenguas a través del español o de otras lenguas. La investigadora analiza un fenómeno de contacto lingüístico producido por una lengua colonial, en culturas indígenas separadas entre sí por grandes distancias un caso también muy frecuente en Iberoamérica.

Además de estos casos de hispanización ocurridos ya en la época colonial cabe distinguir otros dos: el de las influencias del español, a través de actividades misioneras, en el ponapeño (en el fondo superpuesto por el inglés), un proceso que se realiza desde hace sólo un siglo, presentado por Elizabeth Keating, y el de la influencia masiva, desde hace aproximadamente treinta años, del español chileno en el rapanui de la Isla de Pascua, que, según el análisis de Steven Roger Fischer, es la causa de la sustitución extremadamente acelerada de esta lengua indígena, lo cual probablemente provocará su muerte.

En casi todas las ponencias se manifiestan problemas comunes y explicaciones contradictorias, que en el futuro seguramente continuarán caracterizando la discusión en la investigación de contactos lingüísticos. Entre otros aspectos se discutieron las cuestiones del «vacío» en el sistema de la lengua-réplica, como una causa del préstamo, y la motivación comunicativo-pragmática del préstamo, tanto desde el punto de vista complementario como alternativo. Otros puntos controvertidos fueron por un lado, la cuestión de la «determinación» o fatalidad de las influencias, y por el otro la intencionalidad controlada hasta la resistencia a influencias.

Tal vez muchos de los investigadores interesados en las lenguas analizadas aquí todavía consideran el tema del coloquio como algo marginal, ya que en el canon temático tradicional de las especializaciones respectivas dominan planteamientos completamente diferentes, aparte de que postulados teóricos fijos están impidiendo el reconocimiento del contacto lingüístico. Esto vale especialmente para la lingüística hispánica, que (con pocas excepciones) deja de prestar atención a estos temas de investigación, que en realidad formarían parte de su especialidad, ostentando una ignorancia asombrosa (como lo enfatizó Germán de Granda abierta y críticamente) e imperdonable.

A pesar de los análisis detallados, altamente clarificadores e impresionantes y considerando el contexto general de la problemática, cabe reconocer el carácter extremadamente fragmentario del conocimiento sobre procesos de contacto en las regiones consideradas. Son necesarios, sobre todo, estudios adicionales, especialmente con un fondo teórico más moderno y con la perspectiva de una visión conjunta de estos estudios particulares y sus resultados, tanto de manera teórica como en el contexto de la historia de la expansión del español, para poder formular conclusiones, tanto generales (teoría del contacto lingüístico) como específicas en el área hispana.

Agradecemos a la Fundación Volkswagen su apoyo para la realización del coloquio con una subvención generosa, así como al Instituto Cervantes en Bremen y a su director en aquella época, Manuel Fontán del Junco, por su hospitalidad exquisita y su apoyo logístico en la realización del coloquio en la sede de su institución. Además damos las gracias a Sonia Agostinho, María Martínez Fontdevila, Kai Herkströter, Ute Rotermund y Anna Sabater Fuentes, quienes colaboraron con mucho entusiasmo en la organización del coloquio.

Responsable de la redacción y composición del presente tomo ha sido Anna Sabater Fuentes, a quien agradecemos su trabajo minucioso, concienzudo y con un alto nivel de responsabilidad.

I

Aspectos generales

Interculturalidad y contacto de lenguas: condiciones de la influencia mutua de las lenguas amerindias con el español

Klaus Zimmermann (Bremen)

1. Introducción

La idea de este coloquio surgió de algunas observaciones, estudiando y comparando los procesos lingüísticos que se manifestaron en situaciones de contacto, de encuentro, de conquista, de conflicto, de dominación o de imposición que perduran ya casi cinco siglos en las regiones coloniales y poscoloniales españolas en América o en las regiones donde antes hubo presencia de la cultura y lengua españolas, ahora bajo influencia y dominación de otra cultura y lengua, como Austronesia y partes de Estados Unidos de América. Lo que pasó a nivel lingüístico durante esta época hasta hoy día se ha estudiado de una manera asistemática y carente de una teoría global de este proceso. Consciente de que esta afirmación es tal vez un poco audaz voy a dar algunos argumentos que sostienen esta posición. Mi afirmación se justifica por dos razones: la primera es la fragmentación de las disciplinas lingüísticas que impide una visión adecuada de este proceso; la segunda es la teoría lingüística vigente que conduce a excluir una parte del proceso global del contacto de lenguas por muchos investigadores involucrados en esta rama de la lingüística.

Hasta el momento presente ha habido una gran cantidad de estudios dentro de la lingüística hispánica que se han ocupado de las influencias de las lenguas indígenas en las diversas variedades del español de América y de las Filipinas. Partiendo de un enfoque estructuralista, en la mayoría de los casos, el interés de estos estudios se ha limitado a las influencias fonético-fonológicas y léxicas, con menos énfasis en las influencias morfosintácticas. Además tomaron una decisión socio-lingüística dudosa: escogieron como variedad la norma culta. Ha habido algunos ejemplos de estudios de las variedades no-estándar, pero prácticamente no se han tomado en cuenta éstas o las influencias encontradas se han considerado sin importancia, precisamente por el hecho de que estaban restringidas a variedades regionales o no-estándar1. Por otro lado, ha habido muy pocos estudios sobre el influjo del español en las lenguas indígenas. Este hecho se debe a dos circunstancias: los hispanistas, en general, piensan que esta parte del contacto no es su oficio y los lingüistas indigenistas (etnolingüistas) intentan encontrar o reconstruir la lengua autóctona pura y no consideran de importancia y mérito de análisis los préstamos y las interferencias del español en la lengua amerindia. A veces los mencionaron a pie de página pero no les resultó de un interés particular.

Lo que resumo aquí en pocas palabras es el resultado de un fenómeno de impacto fuerte. Por un lado la lingüística no ha sido capaz de considerar que, el contacto de lenguas por lo menos en este tipo de situaciones constituye una unidad o aún una interdependencia de dos aspectos de un proceso único. Esta incapacidad se debe a la división –en muchos aspectos justificada y necesaria, pero no en todos–entre diversas disciplinas lingüísticas. Por otro lado, se debe a una concepción restringida del lenguaje, que excluye el hecho de que las lenguas son un medio de comunicación (aspecto pragmático) y que el contacto pasa a través del proceso de comunicación. Además, hay que tener en cuenta que los préstamos de una lengua a otra los hacen los hablantes según criterios determinados (comunicativos, socio- y sicolingüísticos).

En lo que sigue, intento dar algunos argumentos que demuestran la utilidad y necesidad de cooperación entre disciplinas todavía separadas que permitan una visión más adecuada del contacto de lenguas.

2. Lenguas en contacto y comunicación intercultural

2.1. Dos conceptos de comunicación intercultural

Para abordar la relación de los conceptos de contacto de lenguas y comunicación intercultural me parece importante distinguir dos conceptos de interculturalidad que se vienen manejando en las discusiones actuales. El primer concepto puede llamarse concepto descriptivo-crítico y el segundo, político-pedagógico.

La Interculturalidad en el sentido descriptivo-crítico tiene como objetivo en antropología, sociología y sociolingüística, el análisis de lo que pasa cuando se encuentran o enfrentan dos o más grupos étnicos y/o culturales. Acorde con las características conflictivas de muchos de los encuentros interculturales se puede destacar el predominio de estudios que tratan aspectos conflictivos, así como la tendencia a presentar análisis críticos que resultan incluso denunciadores de procesos abiertamente discriminadores o de malentendidos interculturales, que se producen sin la voluntad de los interactuantes y que conducen a situaciones conflictivas. Esto es muy comprensible; sin embargo, cabe subrayar que en el mundo existen también encuentros interétnicos e interculturales en los cuales los procesos potencialmente conflictivos se resuelven en un ambiente de tolerancia, de respeto y de intentos de mutuo entendimiento. Muchos de estos encuentros son aún enriquecedores para ambas partes. Éstos también merecen ser estudiados para delucidar las estrategias utilizadas.

El concepto político-pedagógico se deriva del concepto descriptivo-crítico. Constituye la contrapartida de éste y puede definirse como el conjunto de actividades y disposiciones destinadas a terminar con los aspectos y resultados negativos de las relaciones interculturales conflictivas. También se puede entender como una contribución al establecimiento de relaciones pacíficas, al mutuo entendimiento, al derecho de vivir la propia cultura, a la tolerancia y, en fin, a la autodeterminación cultural.

El porqué de la interculturalidad como meta política deriva de los efectos negativos de las políticas anteriores:

1° Es una consecuencia lógica de los derechos humanos.

2° Es una consecuencia lógica de la ética. El que no admite el derecho de autodeterminación cultural de otros, nunca en un futuro podría argumentar con sinceridad en contra de una política discriminatoria de otros frente a su propia cultura y/o lengua.

3° Hay que mencionar también un argumento económico. La economía requiere recursos intelectuales (humanos). La opresión cultural, la escolarización imperfecta en combinación con el intento de asimilación cultural, sin embargo, ocasiona un alto grado de desertores o egresados que por el deterioro de su identidad cultural –que es parte de su identidad personal–, quedan profundamente lesionados en su personalidad. Un ser humano que sufre de tal abuso no podrá desarrollar las energías y motivaciones necesarias para contribuir a las actividades creativas y útiles de un país. Una persona con una identidad deteriorada se ocupa inconscientemente de sus problemas de identidad. Sólo algunos pensadores, escritores e intelectuales pueden llegar a objetivar el deterioro de su cultura, transformándolo en objeto de análisis, y sacar incluso un «provecho» haciéndose ideólogos de la resistencia cultural y política. Pero la mayoría gasta sus esfuerzos en una actividad semi-asimilacionista y semi-resistente. Otros pueden llegar incluso a oponer una resistencia masiva y militar.

4° Las relaciones interétnicas e interculturales de mutuo respeto y dignidad que proporcionan una identidad positiva a cada uno (en términos étnicos y culturales) y una autoestimación positiva (en términos individuales), disminuyen la posibilidad de futuros conflictos de toda índole, que son negativos para la vida social en general y para la economía en particular.

La interculturalidad como meta política debe manifestarse en todos los ámbitos de la estructura estatal empezando por la cooficialización de las lenguas por regiones, el empleo de las lenguas indígenas en la prensa, radio, televisión, en los letreros y carteles, en la administración regional y municipal, en la jurisdicción y, evidentemente, también en la educación.

Generalmente, cuando manejamos el concepto de interculturalidad en términos político-educativos, pensamos –de manera simplificadora– en la confrontación de la cultura hispanohablante mestiza/ ladina con una fuerte impronta de la cultura europea/norteamericana-occidental por un lado, y en las culturas amerindias o austronésicas2 por el otro, ya que la problemática más traumática reside en las diferencias entre estas dos culturas (dejando aparte de momento la multiplicidad de manifestaciones diversas que existen dentro de cada una) así como en la relación de opresión y explotación que tanto en el pasado como en el presente se ha mantenido entre las dos culturas. Cabe recordar, que a pesar de la homogeneidad que sugieren los conceptos de cultura amerindia y austronésica manifiestan diferencias considerables entre sí. Por ello, y para reforzar los lazos culturales entre los distintos grupos étnicos en los países respectivos, sería necesario aplicar también el concepto de interculturalidad entre ellos, facilitando el conocimiento de otras lenguas y culturas indígenas a los miembros de cada grupo étnico3.

2.2. La interrelación de los estudios sobre comunicación intercultural y sobre el influjo de lenguas en el contacto lingüístico

Por el privilegio de los estudios sobre influjos en las lenguas, había en el pasado a veces una identificación de este tipo de estudios con lo que se llama contacto lingüístico. Como he propuesto en Zimmermann (1992: 48), tomo el concepto de contacto lingüístico como la noción general. Así, en el contacto de lenguas hay que distinguir por lo menos tres tipos de consecuencias: 1° consecuencias (influencias) en las lenguas, 2° consecuencias en los hablantes (nivel individual y social) y 3° consecuencias en la forma de comunicarse4. Los estudios de comunicación intercultural se centran en el tercero de los tres tipos. Comunicación intercultural no es lo mismo que influjo de lenguas, aunque en muchos casos mantengan una relación estrecha y por ello se presten a menudo a una confusión desagradable e inaceptable. Por esta razón, creemos necesaria una clara delimitación de estos tres aspectos dentro de los estudios sobre el contacto lingüístico. Esto deviene tanto más importante cuanto que se pondrá en evidencia la interdependencia que existe entre estos dos fenómenos y los efectos de esta dependencia. Solamente distinguiendo los aspectos se pueden determinar con claridad estas interdependencias.

Ambos procesos, las consecuencias sobre las lenguas y las consecuencias sobre la forma de comunicarse, tienen el mismo marco de acción en común, es decir, el que personas de dos culturas o lenguas distintas tomen parte en una relación interactiva y que con ello «ocurra algo». No se diferencian pues en este punto, sino en la perspectiva bajo la que se estudia este complejo proceso, es decir, en el hecho de que en la investigación del influjo de lenguas y de la comunicación intercultural se persiguen distintos intereses cognoscitivos.

Tradicionalmente, la investigación del influjo de lenguas parte de las transferencias (muchas veces pero no únicamente por interferencias) de una lengua a la otra que tiene lugar durante el contacto primero en el habla y después en parte en la lengua. Su objetivo es el de descubrir las particularidades en el uso de la lengua para determinar los cambios que han tenido lugar a raíz de estas transferencias en el sistema y/o la norma5 lingüística de los que hablan las lenguas participantes. El punto de mira está puesto entonces en el sistema y la norma lingüísticos de una u otra lengua. Éste es un objetivo de investigación con una larga tradición y del todo legítimo, pues es irrefutable que en el contacto de dos (o más) lenguas se pueden dar estos cambios.

Relativamente nuevo es, por otra parte, otro punto de partida que no apunta a los resultados del contacto de lenguas en el sistema y la norma, sino que –dentro del proyecto de la ampliación pragmática de la lingüística– investiga el transcurso de la comunicación entre personas que pertenecen a culturas o comunidades lingüísticas distintas. Se trata de constatar qué estrategias para hacerse entender y comprender se desarrollan y aplican al utilizar dos lenguas distintas o sólo una aunque deficientemente; ¿cómo surgen y se resuelven o no se resuelven los conflictos comunicativos?; ¿cómo influyen las actitudes preexistentes sobre lo ajeno/lo otro en la forma de comunicación?, así como también ¿cómo surgen y se transforman en la comunicación?6.

También el interés por este ámbito del conocimiento es legítimo si somos conscientes de que aquí el objeto de investigación se ha desplazado y ha pasado de dejar de ser la lengua como sistema y norma para ser otra cosa, a saber, 1° la categoría del acto de comunicación llevado a cabo por parte de los participantes, 2° las estrategias comunicativas y 3° el efecto recíproco que tiene la realización concreta de la comunicación en los hablantes. Cabe remarcar, que también estos puntos de interés se han de considerar objeto de la lingüística y concretamente de la sociolingüística, pues lo que se investiga son las unidades comunicativas de la lengua en su realización (parole), enfocando su función y su intención/efecto sobre el interlocutor.

Hasta aquí parece como si por perseguir intereses distintos y utilizar métodos de investigación diferentes estuviéramos ante dos ramas de la lingüística claramente distintas. Sin embargo, pensamos que estas dos corrientes –que se han de entender separadamente– en lo que se refiere al objetivo de aclarar los cambios que se producen en el sistema y la norma lingüísticos, se complementan.

Uriel Weinreich, autor de la primera y abarcadora sistemática del contacto de lenguas (1953), formuló la idea fundamental de que el contacto de lenguas tiene lugar en la cabeza de los hablantes. Esta idea nos obliga a diferenciar entre contacto de lenguas y situaciones que potencialmente inducen a tal contacto. No es raro el prejuicio de que sólo por el hecho de que dos lenguas se hablen en un mismo territorio, automáticamente existen influjos de una a otra lengua. La observación de Weinreich de que las lenguas no entran en contacto en el aire, sino en las cabezas de los hablantes y oyentes, nos remite al componente sicolingüístico, es decir, al rol del hablante/oyente en el contacto de lenguas.

Sin embargo, todavía nos queda por resaltar otro aspecto, cuyo papel por ser tan trivial pasa inadvertido: el hecho de tener que comunicarse para que la lengua ajena penetre en la cabeza del hablante/ oyente y se elabore. En la comunicación entre hablantes de distintas comunidades lingüísticas estas conversaciones interculturales adquieren una forma diferente según la situación y los conocimientos lingüísticos, pero, por otra parte, también están influenciadas por este tipo especial de situación, es decir, 1° por las deficiencias en el dominio de la lengua, 2° las estrategias especiales reguladoras de la conversación que están en función de garantizar la comprensión en vistas de la falta de un código lingüístico común y eventualmente, 3° por actitudes xenofóbicas de uno o de los dos participantes. Hasta ahora la investigación del contacto de lenguas ha privilegiado los estudios de elementos que se «transfieren de una lengua a otra». Sostenemos que al menos algunas formas de alteraciones del sistema de una lengua producidas por el contacto de lenguas no se pueden considerar como transferencias directas de una a otra lengua, sino que más bien son el resultado de las estrategias comunicativas especiales que se aplican en la comunicación intercultural.

En esta relación, podemos distinguir al menos dos estrategias distintas: estrategias que aseguran la comprensión y estrategias que simbolizan la identidad. Además, hay que considerar los efectos indeseados, como apreciaciones erróneas (por ejemplo del tipo de aglutinar el artículo al sustantivo, en castellano: aldea < arab. (al-)daia, alcalde < arab. (al-)qu_d_, o en criollo-francés: lwil < (l’)huile, dlo < (de l’)eau, lapli < (la) pluie y otras aglutinaciones como kiler < quelle heure) y malentendidos.

A nuestro juicio, el mejor ejemplo de alteraciones en el sistema lingüístico resultantes de las estrategias que aseguran la comprensión, lo encontramos en ciertos aspectos de la estructura de las lenguas criollas. En las situaciones especiales de contacto lingüístico que han conducido a la configuración de las lenguas pidgin (primero) y criollas (después)7, los hablantes escogieron la estrategia de la simplificación de estructuras que consiste en la desconsideración de reglas gramaticales y de diferenciaciones léxicas, así como en la semantización y asignación de sentido con la ayuda de medios paralingüísticos y contextuales en casos en los que no están en vigor en las lenguas fuentes. Estas estrategias poco a poco se volvieron habituales, llegando a producir sistemas ideolectales de contacto más o menos idénticos que, progresivamente, se fueron igualando y estabilizando hasta configurarse en una estructura unitaria que se conceptualizó como una nueva lengua. Característico de las lenguas criollas sigue siendo todavía –después de 200, 300 e incluso de 400 años de su existencia– su relativa regularidad y simplicidad gramatical en comparación con las lenguas de las que tomó la mayoría de su léxico.

2.3. Simplificación y explicitación como motivos de transferencias lingüísticas: el caso de las palabras funcionales

En la lingüística estructural, a causa de la primacía del sistema y de la norma como objeto de estudio, hay una tendencia a atribuir un papel de acción a las lenguas mismas en el contacto de lenguas. Decir que una lengua tomó tal elemento de otra no siempre se entiende como una manera abreviada de decir que los hablantes de una lengua tomaron tal elemento de otra y lo integraron en la suya, o que los hablantes de una lengua al hablar la otra introducen patrones de su lengua a la extranjera, sino se entiende como si la lengua, como sujeto, hubiera tomado tal elemento. En su clasificación de los motivos del préstamo léxico, Weinreich ya escapa a esta tendencia, precisamente por utilizar el término «motivo». Los motivos que presenta los podemos leer como opciones frente a problemas o intenciones comunicativas y sociales. De ninguna manera son «causas» en el sentido de determinación.

Tomar prestado para significar algo nuevo podría sustituirse por la traducción, evitar casos de homonimia por un préstamo no es una necesidad ya que las lenguas pueden convivir sin dificultad con este fenómeno universal. El deseo de crear sinónimos a partir de los préstamos obedece a razones de variación estilística, un fenómeno más bien estético; la posibilidad de ser más explícito en el campo semántico por un préstamo que permite diferenciarlo se explica por razones de referencia y esas son en última instancia razones de comunicación; finalmente Weinreich ya tiene previsto el motivo social, es decir, integrar un elemento de otra lengua en su discurso para activar con ello el prestigio o desprestigio de la lengua de la cual procede. Siempre, repito, se esconde un hablante-actor con intenciones comunicativas o sociales (no con una intención de cambio del sistema) detrás de la transferencia.

Durante mucho tiempo quedó por sentado que esto vale solamente para transferencias léxicas mientras que en el campo fonético-fonológico y morfosintáctico habría otras leyes. Sobre todo se suponía que esta parte del sistema de una lengua tenía un tipo de inmunidad que no permitía la transferencia salvo en casos y condiciones muy delimitados. Zimmermann (1987) con el ejemplo de los préstamos de palabras funcionales (factor morfosintáctico) del español en el otomí, Thomason/Kaufman (1988) con ejemplos de varias lenguas, y Stolz/Stolz (1995) para las estructuras de comparación en varias lenguas mesoamericanas, han demostrado que esta teoría no es válida. Zimmermann (1995), además, explicita que tal teoría no obedecía a razones empíricas, sino a razones de «preferencias metodológicas».

Me permito resumir mi argumentación de entonces en cuanto a las palabras funcionales. Los préstamos de palabras funcionales (preposiciones, conjunciones y marcadores del discurso) del español que encontramos en el otomí nos permiten una comparación interesante, además de permitir una visión diacrónica. El caso de las preposiciones nos llevaría a la teoría (a primera vista muy evidente), de que se tomaron preposiciones del español –inexistentes en el otomí– para simplificar un sistema de flexión verbal bastante complejo, que efectuaba lo que expresan las preposiciones en español, y para proporcionar mayor explicitud (Hekking 1995: 186). Pero la comparación con el caso de las conjunciones nos lleva a cuestionar esta explicación. También se toman conjunciones del español al otomí a pesar de la existencia de conjunciones equivalentes en esta lengua. En este caso la explicación por el motivo del relleno de la laguna o de la simplificación no tiene plausibilidad. Además, se podía constatar que hasta hoy en día coexisten las estructuras nativas (formas de flexión verbal) y las estructuras con préstamos. De una encuesta resultó que los hablantes –en el ámbito de la conciencia– no atribuyen diferencia estilística (grado más o menos autóctono) a las estructuras sinónimas. Sin embargo, en un estudio del discurso intercultural intraétnico de los otomíes, Hamel (1988) sostiene que la función global de un discurso (estilo) con más préstamos y con más alternaciones de código (code-switching) es la de reivindicar implícitamente una competencia bilingüe-bicultural. Zimmermann (1987) además descubrió que algunos de los préstamos ya existieron en los siglos XVIII y XIX, ya que se encuentran testimonios de estos préstamos en catequismos en lengua otomí escritos por misioneros hispanohablantes8. También Stolz/Stolz (1995) en sus investigaciones sobre las estructuras de comparación y otros autores que han entrado de pleno en este fenómeno, hasta hace poco apenas percibido, pudieron constatar que el motivo de estos préstamos no es el de llenar lagunas en los sistemas de las lenguas indígenas –como a primera vista se tendía a suponer–, pues en estas lenguas ya existen estructuras autóctonas para expresar estas unidades de significado. Aveces parece que contribuyen a una mayor precisión, por ejemplo en el caso del préstamo que, pronombre relativo, que explicita una relación antes inferida por procesos mentales. Pero el conjunto de casos obliga a descartar respuestas aisladas. Por lo contrario, puede resumirse –y postular más estudios discursivos concretos– que estos préstamos son el resultado de transferencias en el habla que en su momento cumplían funciones pragmáticas en tipos de actividad comunicativa caracterizados por su interculturalidad y que a veces siguen con esta función hasta mucho más después de que se integraran en la lengua.

2.4. La laguna como motivo de transferencia

Atreviéndonos a ir un poco más lejos, diré que: una de las suposiciones más incontrovertibles en la investigación del contacto de lenguas es que los préstamos de unidades léxicas tienen lugar cuando en una lengua existe una laguna, es decir, cuando no existe ninguna palabra autóctona para denominar una cosa, institución o entidad procedente de otro ámbito cultural, en cuyo caso se recurre al lexema de la lengua extranjera. Esta explicación no es del todo errónea, pero se queda corta. Siempre hay una alternativa para solucionar un problema de denominación o comunicación, por ejemplo mediante el calco, el neologismo o acudiendo a lexemas que vienen a expresar algo parecido (hay muchos ejemplos precisamente en el castellano de América: pavo de Indias-guajolote; conejillo de Indiascuy/cuye). Que un hablante o una comunidad lingüística (o un grupo social dentro de una comunidad lingüística) se incline por una forma u otra, no tiene que ver con el sistema lingüístico y por lo tanto no puede aclararse a través del sistema lingüístico, sino más bien mediante la actitud frente a lo ajeno, o sea, los elementos lingüísticos ajenos, y vice versa, mediante la actitud frente a lo propio.

En los últimos años se han llevado a cabo investigaciones sobre procesos de transferencias lingüísticas en el discurso, es decir, a un micronivel –entre ellas, las investigaciones sobre el ámbito de contacto del español con el inglés en EEUU son especialmente instructivas para lo que aquí nos concierne–. A raíz de estas investigaciones ha quedado claro que el motivo del cambio de una lengua a la otra, tanto a nivel de la frase como de la palabra («transfer» en el sentido de Auer 1984) no se debe a la falta de expresiones (lagunas en el sistema ideolectal), sino más bien a razones funcionales, entre las que cuentan a título de ejemplo la de mostrar la identidad y crear un clima de conversación determinado. Esto significa que algunos préstamos léxicos, o sea cuando la transferencia (a corto plazo) se convierte en un préstamo (a largo plazo), también pueden ser el resultado de una estrategia comunicativa surgida de un contexto de carácter intercultural.

De ello concluimos que las investigaciones de los procesos de la comunicación intercultural, como ámbito parcial que mediante las técnicas del análisis del discurso permite indagar en el microproceso del contacto de lenguas, debería formar parte de la investigación del cambio lingüístico (al que por otra parte pertenece la investigación del contacto de lenguas).

Este enfoque es también del todo legítimo. Cabe subrayar que en él ya no es el sistema de la lengua que lo se estudia sino, primero, la categoría del propio evento comunicativo (cuya razón de ser se refleja en la intención de uno o los dos interactuantes y que se ejecuta con la pretención de ser exitoso); segundo, las estrategias comunicativas, y tercero, los efectos mutuos que tiene la ejecución concreta de la comunicación sobre los hablantes.

Tal vez es útil hasta hoy día repetir que este análisis es un quehacer lingüístico y sociolingüístico ya que se analiza la lengua en acción incluyendo los efectos de esta comunicación/interacción.

Hasta ahora parece que aunque cada uno de los dos enfoques sea legítimo, habrá que separarlos muy claramente porque sus metodologías y sus objetivos tienen un interés bastante distinto. Sin embargo, me parece que estas dos corrientes, provenientes también de tradiciones linguísticas diferentes, pueden aportar argumentos por separado y así complementarse en la tarea de explicación de los cambios en el sistema de las lenguas.

Fue Uriel Weinreich, el primero en plantear una sistemática exhaustiva del contacto entre lenguas, que en 1953 ya había sostenido el reconocimiento fundamental de que el contacto de lenguas se produce en la cabeza de los hablantes. Esto significa que tenemos que distinguir entre el contacto y las situaciones políticas y socioculturales que potencialmente pueden producir el contacto. Es un prejuicio muy frecuente pensar que sólo por el hecho de encontrarse dos o más lenguas en un mismo territorio se ha establecido un contacto. Sin embargo, habrá siempre que ser consciente de que las lenguas no entran en contacto en el aire, sino sólo en la cabeza de los interlocutores, lo que indica que es al fin y al cabo –a pesar de los factores sociopolíticos esenciales– un proceso psicolingüístico.

Cabe resaltar otro aspecto esencial que frecuentemente se olvida por ser tal vez demasiado obvio: el hecho de que es necesario que haya interacción comunicativa para que la lengua ajena en forma del habla pueda llegar a la cabeza del hablante y ser procesada. Esta comunicación entre miembros de grupos lingüísticos diferentes, que llamamos comunicación intercultural, se caracteriza por rasgos particulares que la distinguen de comunicaciones «normales»9